Por: Estefania Bautista
Desde
los comienzos de la vida, el hombre se caracteriza por esa búsqueda de
auto-conocimiento, vivir rodeados de inquietudes y ambicionar el
progreso. Y precisamente la primera válvula de escape utilizada para
manifestar estas inquietudes fue el arte –aunque en su momento no fuera
considerado como tal-. De tal modo que aquel primer arte, para empezar,
nos abría las puertas del entendimiento de aquella época y nos mostraba
igualmente el perfil del hombre de entonces. Así como ejercía de
referente para apreciar la evolución de la expresión artística ligada a
la conciencia humana. Por ejemplo las cuevas de Altamira en España1,
nos muestran que el ser humano desarrolló una predilección por la
naturaleza y una habilidad destacada en representar las formas animales
en sus momentos tempranos de desarrollo conocidos como la prehistoria.
Está claro que la naturaleza cíclica de la vida, nos demuestra
generación a generación el comportamiento del ser humano y la
relatividad de los hechos. Donde hoy un artista puede ser ignorado y
mañana representar un icono histórico. Ya encontramos ejemplos de
artistas que vivieron una marginación o rechazo en su propia época.
Pasaron relativamente desapercibidos en su momento de vida. En cambio,
tiempo después de su muerte, los tenemos subrayados como genios. Vincent
Van Gogh (Paises Bajos 1853-1980), verdaderamente pedía una suma
minúscula por sus cuadros durante su vida por su escasa demanda y
curiosamente, hoy en día valen millones, e incluso pertenece a la lista
de los artistas modernos más caros de nuestro tiempo. Por lo tanto
hablamos de una dinámica social en cuanto al arte y al artista, donde en
un primer momento es incomprendido, ignorado o incluso atacado, para
más adelante convertirse en referente del progreso, la innovación y la
fama. Podemos decir entonces, que el artista va por delante de su
tiempo, y si es así ¿siempre estará cuestionado y apartado en su época?
¿Viviremos continuamente con una mirada puesta en el pasado y ciegos
ante lo actual? En realidad quizá todo dependa del valor social y el
impulso educativo en relación al arte de la sociedad.
Aquí nos interesa poner de relieve que los artistas nunca por norma
general han sido considerados ni respaldados por ser ellos mismos. Es
con el paso del tiempo, cuando tras la evolución se ha entendido su
discurso y/o sus aportaciones artísticas cuando ya se les ha puesto en
lo más alto. Tras todo el bagaje que tenemos ¿por qué aún en la
actualidad el artista da sus primeros pasos solo? ¿Por qué seguimos
esperando a que sea famoso? No existe un interés en respaldar los
comienzos de estos artistas. Porque ¿es el arte el que construye nuestra
época o la época la que define nuestro arte? Existe en la actualidad un
gran debate entre un artista que tiene la obligación de ser
político-social y aquel que trabaja de dentro para fuera, es decir,
paralelamente a la novedad o los acontecimientos que investiga en
inquietudes humanas, artísticas, estéticas, etc. Pero en realidad ¿se
debe plantear cual es la opción correcta cuando ambos están aportando a
la sociedad y a la historia de arte? Cuando en realidad ambos
desarrollan un trabajo de investigación.
Si consideramos investigación como un acto de carácter científico, el
artista siempre queda fuera de esta concepción y por extensión el arte
queda valorado como algo subjetivo y aleatorio. Pero en realidad,
aunque estas cualidades les puedan pertenecer, un artista también lleva a
cabo un trabajo científico, teórico y concreto. Estamos de acuerdo en
que el principal objetivo del investigador es indagar y ampliar el
conocimiento de lo real, a través del conocimiento de las leyes que
rigen la realidad. Para llegar a estos resultados, el artista lo que
construye es un nuevo simbolismo a través de su obra, no a modificar el
ya existente. De tal manera que crea nuevos discursos, nuevas tendencias
y nuevas culturas, además de establecer una metodología –concreta-
durante la trayectoria. La intención artística ambiciona y encuentra
una nueva percepción de lo real. Así Nicole Evereart-Desmedt concluye:
"El artista debe construir su propia red simbólica, y por eso tiene que
deshacer, más o menos, el simbolismo preexistente”2 . Por lo
tanto podemos afirmar, que el artista es más que un productor de iconos o
un referente cultural, también es un creador de sistemas simbólicos
-mediante el proceso de la creatividad artística- que se traduce a la
sociedad en innovadores discursos y lenguajes hasta ahora no planteados.
La investigación informa al arte; se crean modelos de adopción de
disciplinas externas para aportar, formar y enriquecer a la propia
investigación del arte. Por lo que podemos considerar el arte y la
investigación cómo equivalentes; que tienen un valor similar. Provoca la
posibilidad de una cierta independencia de asociación y por otra parte
fomenta y posibilitan los cruces multidisciplinarios y
tras-disciplinarios. Dificultades de adecuación entre disciplinas, pero
aún así, enriquecedor.
La comprensión del arte consiste en:
1.-Entender
que es la experiencia del arte y que implica. Se necesita disciplina,
conocimiento e implicación del sujeto. Recursividad subjetual.
2.-En la
elaboración artística surgen diferentes factores, como en ningún otro
campo, que implican un grado de complejidad. Factores de lo real, lo
imaginario, saberes, principios culturales, etc. Que la hacen más
compleja pero mucho más interesante y singular.
3.- Carácter
adiscursivo; No tiene un carácter que busque entender, como si
intentáramos entender la novena sinfonía. Funcionalidad integral; dicen
que cuando algo no sirve para nada es arte, y lo que no sirve para nada
es funcional. Paradoja de términos de poder, controlas más cuantos menos
factores tienes sobre la mesa.
4.- Carácter aductivo.
5.- Carácter
Locucional; Tipo de elaboración preformativo, algo pasa simplemente por
el hecho de formularse. Transforma un acto del decir en algo, en un acto
en sí. 6.- Carácter interdisciplinar; Esta dimensión es la que hace que
seamos tan deseados en elementos tan distintos, estamos en la frontera
de todo. Y el arte es un fenómeno para-cultural.
En definitiva, la propuesta de que toda teoría artística que busque
ayudar a artistas a desarrollar mejor su trabajo y proporcionarles la
posibilidad de expresarse, por un medio considerado racional y
científico, debería abarcar los conceptos aquí planteados. No se está
proponiendo la necesidad de ofrecerle a la investigación artística una
nueva metodología específica, que indirectamente –como hasta el momento-
la mantenga apartada de los ámbitos considerados científicos y
objetivos. Como conclusión podremos, afirmar que el arte no tiene que
ser una ciencia, porque por sí solo puede construir su propia
disciplina. Solamente debe abarcar una combinación del sistema de
investigación normativa científica y de creación artística. Por
supuesto, tal unión requiere el ajuste de ambos a estos procedimientos
para mejorar el intercambio del conocimiento. Pero sería un primer paso
para que el artista y la creación artística también fuera considerado y
valorado en la vía científica, por extensión en la visión social del
artista como profesional, investigador y referente cultural.
1La cueva de Altamira, ubicada en la provincia de
Santander contiene en una caverna de aproximadamente catorce metros una
serie de pinturas prehistóricas que datan de 12 000 años a. C, siendo
una de las pinturas rupestres mejor elaboradas que existen.
2La Comunicación artística; una interpretación Peirceana.
¿Que hace una obra de arte? Un modelo peirceano de la creatividad
artística [en línea]. Nicole Everaert Desmedt. Bélgica: Facultad
Universitaria de Saint-Louis, Bruselas, 2006. Signos en Rotación, Año
III, n° 181, (n.d.). <www.unav.es> [Consulta: 19 febr. 2009].
http://www.arteenlared.com/lecturas/articulos/el-artista-social-influyente-e-investigador.html
Tomado de:
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