Hermann Hesse
Caja de pinturas
de Hesse
Foto: Isa Hesse
© Heiner Hesse, Arcegno
"Para toda la aflicción, que con frecuencia era
insoportable,
encontré una salida cuando empecé a dibujar y a pintar, cosa
que jamás
había hecho en la vida. Una cosa es que esto tenga
objetivamente
valor; para mí es una nueva inmersión en el consuelo del arte,
que
apenas podía darme ya la poesía. Es darse sin avidez, amar si
deseo".
De una carta a Felix Braun, 1917
"Mis pequeñas acuarelas son una especie de poesías o sueños,
sólo
proporcionan un lejano recuerdo de la 'realidad' y varían
según los
sentimientos y las necesidades personales (...), el hecho de
que yo
(...) sólo sea un aprendiz es algo que no olvido".
De una carta a Helene Welti, 1919
"Producir con plumilla y pincel es para mí el vino cuya
embriaguez
hace que la vida sea tan cálida y hermosa que se pueda
soportar".
De una carta a Franz Karl Ginzkey, 1920
"Me quedo en motivos paisajísticos muy sencillos, parece que
no puedo
avanzar más. Veo perfectamente lo hermoso que es todo lo
demás, los
aires y los animales, la vida en movimiento e incluso lo más
bello,
los seres humanos, que con frecuencia están conmovidos y casi
desconcertados, pero no puedo pintarlos".
De una carta a Cuno Amiet, 1922
"En estos años, desde que me dedico a pintar, me he ido
distanciando
de la literatura (...), hacia la que no habría sabido tomar
otro
camino. Que además lo pintado tenga por sí mismo algún valor o
no, es
algo totalmente secundario. En el arte, al contrario de lo que
sucede
en la industria, el tiempo no desempeña ningún papel; hay
tiempo
perdido cuando sólo al final se alcanza lo posible en
intensidad y
perfección. Como poeta, sin la pintura no habría llegado tan
lejos".
De una carta a Georg Reinhart, 1924
"Por mi propia experiencia, sólo conozco ya una tensión y una
concentración similares (a las de escribir) en la actividad de
la
pintura. Esto es lo que sucede: adaptar cada color individual
al color
vecino de modo correcto y cuidadoso es algo hermoso y fácil,
se puede
aprender y luego se puede practicar todo lo que se quiera.
Pero, tener
además presente todas las partes del cuadro, incluso las que
todavía
no se han pintado y no son visibles, y hacerlo de modo
consistente y
tenerlas en cuenta, sentir toda la red de múltiples mallas de
vibraciones que se entrecruzan, es asombrosamente difícil y
sólo se
logra rara vez".
De Kurgast ("Huésped de balneario"), 1925
"Tengo en las manos mi sillín de pintar, es mi aparato mágico y
mitón,
con cuya ayuda ya he hecho magia mil veces y he ganado el
combate
contra la estúpida realidad. A la espalda llevo la mochila, en
la que
está mi pequeño atril y mi paleta con las acuarelas, y una
botellita
con agua para pintar, y algunas hojas de bonito papel
italiano..."
de Ohne Krapplack ("Sin barniz de granza"), en Berliner
Tageblatt, 1928
"Cada uno de nosotros, artistas, aunque tenga que dudar mucho
de sí
mismo y considere que su talento y su habilidad son
horripilantemente
pequeños, tiene un sentido y una misión y, si permanece fiel a
sí
mismo, en su lugar rinde algo que sólo puede dar él. Si tú
pintas
conmigo en Tessin y los dos pintamos el mismo motivo, cada uno
de
nosotros no pintará tanto una porción de paisaje, como su
propio amor
a la naturaleza, y ante el mismo motivo cada cual hace algo
distinto,
algo único (...). Y ¡cuántos pintores que en el arte se
consideraron
chapuceros o bárbaros, más tarde demostraron ser nobles
luchadores
cuyas obras son con frecuencia de mayor consuelo y más amadas
por los
sucesores que las mayores obras de los maestros clásicos!".
De una carta a Bruno Hesse, 1928
"En mis poesías con
frecuencia se echa de menos el respeto habitual a la realidad,
y
cuando yo pinto, los árboles tienen caras y las casas ríen o
bailan o
lloran, pero que un árbol sea un peral o un castaño es algo
que en
general no se puede reconocer. Debo aceptar este reproche.
Confieso
que muchas veces mi propia vida me parece un cuento. Con
frecuencia
veo o siento el mundo exterior en un contexto y equilibrio con
mi
interior que debo llamar mágico".
De:
Kurzgefasster Lebenslauf ("Biografía resumida"), 1925
"Yo no dedico gran afán a la posesión; me separo fácilmente
de las
cosas y las doy con facilidad. Pero ahora me abruma un afán
por querer
retener, sobre el cual a veces debo sonreír. En el jardín,
sobre la
terraza, junto a la torrecilla bajo la veleta, me siento día
tras día
y permanezco quieto durante horas, y de pronto me lleno de
actividad y
con lápiz y pluma, con pincel y pinturas, trato de reproducir
esto y
aquello de la floreciente y efímera riqueza que hay. Dibujo
con
esfuerzo las sombras de la mañana en la escalera del jardín y
las
revueltas de las gruesas serpientes de glicinias, y trato de
reproducir los lejanos y vidriosos colores de las montañas al
atardecer, que son tan delgadas como un hálito y tan radiantes
como
joyas. Después vuelvo a casa cansado, muy cansado, y cuando
por la
noche coloco mis hojas en la carpeta, casi me entristezco al
ver lo
poco que pude anotar y conservar de todo ello".
De: Zwischen Sommer und Herbst ("Entre el verano y el
otoño"),
1930
"En respuesta a su saludo le envío un cuadrito que he
pintado estos
días, pues dibujar y pintar es mi forma de descansar. El
cuadrito
pretende mostrarle que la inocencia de la naturaleza, la
vibración de
un par de colores, incluso en medio de una vida difícil y
problemática
pueden devolvernos en cualquier momento la fe y la libertad en
nosotros".
De una carta a una estudiante en Duisburgo, 1930.
De Magie der Farben ("La magia de los colores") de
Hermann
Hesse, acuarela de Tessin. Editada por Volker Michels.
Tomado de: http://www.hermann-hesse.de/es/
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