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Inicio » 2011 » Octubre » 27 » HIPÓTESIS SOBRE LA NATURALEZA DEL AZAR
18.06
HIPÓTESIS SOBRE LA NATURALEZA DEL AZAR
Dios juega a los dados... trucados

Miguel García Casas





Reflexionar sobre la naturaleza del azar no es tarea baladí pues, por poner ejemplos, la teoría cuántica lo asume consustancialmente para explicar las propiedades físico-químicas de la materia. En el campo de la biología, la selección natural se fundamenta en la existencia de un motor de azar y un proceso posterior de filtrado de esos actos aleatorios; en cuanto a la lingüística Saussure dice la lengua no premedita nada; sus piezas se desplazan - o mejor se modifican - espontánea y fortuitamente.

El azar se sitúa en una frontera de nuestra razón y es reconocible porque representa una ruptura con la causalidad. Cuando aparece en un proceso dirigimos nuestra mirada a otros fenómenos anejos porque poco podemos explicar a partir de él; así la selección natural, una vez establece la aparición de mutaciones al azar, se dedica a buscar explicaciones en la acción selectiva que la naturaleza impone al ser mutante. Monod hace referencia al concepto de azar sobre el que se fundamenta la ciencia el puro azar, el único azar, libertad absoluta pero ciega…. Pero, ¿y si el azar fuera algo más que un mero accidente del destino, que una caprichosa interferencia de la ilógica en los avatares o un absurdo acontecimiento? ¿Y si el azar fuera en sí una respuesta?

Es mi intención indagar sobre el azar en los sistemas, en la convicción de que los fenómenos fisico-químicos y biológicos suceden en su interior. Según la teoría de sistemas, un sistema posee una estructura o conjunto de relaciones no fortuitas que ligan las partes entre ellas y el todo. Cada parte del sistema posee propiedades internas o de la naturaleza de la parte y externas en función del lugar que ocupa la parte en el seno del sistema. Cuando la complejidad de la parte es mayor que lo que le rodea la parte depende más de su propia naturaleza, pero cuando es al revés las relaciones entre las partes son más importantes que las partes mismas.

Las realidades no percibidas por nosotros son abundantes. Vivimos en un mundo impregnado de ondas hasta la saciedad: radio, televisión, rayos X, ultravioletas, ultrasonidos, que no percibimos a pesar de que están aquí. Aparatos sensibles a estas ondas nos demuestran su existencia y abundancia sobre la que no dudamos.

La teoría de la relatividad contribuye como un cuerpo teórico y experimental a mostrarnos una realidad no percibida: la existencia de un tiempo relativo y por tanto no absoluto a causa de la influencia de la gravedad; a mayor gravedad el tiempo transcurre más lentamente. Además el espacio manifiesta cuatro dimensiones de tal modo que las trayectorias de los astros que observamos curvilíneas, en nuestra percepción en tres dimensiones, son en realidad trayectorias rectilíneas en el universo real tetradimensional.

Por su parte la teoría de las supercuerdas nos habla de un universo de 10 o más dimensiones materiales de las que observaríamos tres y el resto se dispondrían enrolladas en un pequeño espacio.

La teoría cuántica expone una serie de ecuaciones matemáticas cuya interpretación reta a la fantasía; nos muestra a veces un universo en extraña relación con el tiempo, y en el que las relaciones causales no existen puesto que la relación causa-efecto exige la existencia de un tiempo coherente con el discurrir de los acontecimientos. Sin embargo, nos muestra también que las partes de este universo intercambian influencias que experimentalmente han sido detectadas a pesar de que el tiempo no transcurra; parecen relaciones dentro de una acronología.

El término acronología lo utilizo en sentido restrictivo como instante inaccesible por la lógica crono-causal. Sin embargo, es posible utilizarlo en una versión más radical como un escenario atemporal en el que pasado y futuro se presentaran simultáneamente. Desde esta versión radical sería posible generar respuestas influidas por la observación acronológica de lo que es pasado y futuro en nuestra lógica temporal. Ambas versiones de la acronología cuadrarían con la hipótesis del azar aquí manifestada, en el sentido de que serían innaccesibles para nosotros.

En 1982 Alain Aspect hizo emitir fotones en direcciones opuestas y a la velocidad de la luz hacia dos ventanas diferentes. La experiencia mostraba que ambos fotones en el momento de atravesar las ventanas estaban comunicados a pesar de que dicha comunicación era simultánea; es decir, no había un tiempo intermedio para permitir una causalidad, ningún tipo de onda podía haber
informado puesto que los fotones se separaban a la velocidad de la luz y en direcciones opuestas. Sin embargo, en el instante de atravesar la ventana un fotón sabía si el otro había atravesado la suya, y hacía lo mismo, condicionaba su paso por la ventana a lo que el otro hubiera hecho. Se habla entonces de la no separabilidad, de una interconexión fuera del tiempo.

En la misma línea dos partículas alejadas años luz en direcciones opuestas, si se registra su dirección de giro (spin) giran en direcciones contrarias entre sí, pues son capaces de saber la una de la otra cual es su giro para ponerse a girar al revés. Estas relaciones le llevan al físico John A. Wheeler a decir
de algún modo el universo es un universo participativo.

Todas estas teorías, relatividad, supercuerdas, teoría cuántica, acometen realidades desde perspectivas inusitadas no hace tanto tiempo y nos hablan de un universo al que habitamos sin percibirlo correctamente. ¿Existe el tiempo? Según la relatividad sí, pero no es un valor absoluto; según la teoría cuántica los sucesos son azarosos, la causalidad pierde protagonismo, quizá porque el tiempo no es determinante, tal como nos muestra Aspect en su experiencia.

La teoría cuántica es susceptible de aplicarse al mundo atómico y al macroscópico, en cuanto a la relatividad es muy difícil comprobar su acción en el mundo atómico debido a la debilidad de la gravedad especialmente en la proximidad del átomo. Ambas teorías muestran aplicación sobre diferentes campos de la investigación y el desarrollo tecnológico de productos de uso habitual en la sociedad. Así la corrección del tiempo a diferente gravedad es necesaria para calcular la posición de los objetos terrestres desde satélites, y la teoría cuántica se aplica en el desarrollo de transistores y semiconductores.

Si asumimos que la realidad existe, ¿podría ser percibida en un plano cronológico? Evidentemente nosotros somos la prueba de que sí, nuestra lógica es de causa-efecto y por tanto basada en el uso del tiempo. ¿Podría ser percibida en un plano acronológico? La no separabilidad dice que sí. Es más probablemente todo ente no vivo no puede establecer una respuesta cronológica porque no percibe el tiempo, el sol no realiza una acción como efecto de una causa sino como un resultado acronológico de una no separabilidad de sus partes y de otros objetos que le influyen. Incluso la relatividad nos ofrece una imagen de la gravedad consistente en una deformación del espacio-tiempo, quizá un nexo simultáneo acronológico; lo cierto es que ninguna antena ha captado jamás, hasta ahora, una onda gravitatoria.

Un universo dotado de cuatro dimensiones materiales o sin tiempo es inalcanzable por nuestra razón, sólo nos acercamos a una frontera en la que tenemos que renunciar a las representaciones espaciales o debemos manejar algún instante de tiempo para razonar: son condicionamientos vitales nuestros.

La percepción del tiempo debió surgir con la aparición de los animales, organismos dotados por primera vez de movimiento autónomo que exige el cálculo de causalidad, dónde estoy ahora - dónde estaré luego: ahora, luego, tiempo. Todos aquellos objetos que no gozan del movimiento autónomo no deben percibir el tiempo puesto que para ellos sería una propiedad estúpida. Su funcionamiento y sus respuestas deben basarse lógicamente en otros parámetros que le ligan al entorno: quizá la no separabilidad.

Ningún otro organismo necesita calcular puenteando presente y futuro, el desarrollo de las cualidades animales perfecciona los mecanismos de causalidad en donde la masa, el espacio y el tiempo interaccionan. Un animal nunca explicará prescindiendo del tiempo, está condenado a él del mismo modo que se encuentra atrapado en una lógica material tridimensional, pues aunque pueda pensar en una cuarta dimensión material no puede representar ningún objeto de cuatro dimensiones, es imposible.

Pero si existiera el mundo atemporal estructurado tal como nos muestra Alain Aspect e impregnado de la no separabilidad, ¿cómo lo observaríamos desde nuestra percepción temporal? El mundo cronológico y el acronológico interseccionarían sobre la realidad y las respuestas del mundo acronológico podrían ser en muchos casos inesperadas en cuanto no responderían a nuestra lógica temporal.

Imaginemos que se introduce un estímulo en el universo y que se desencadenan respuestas, unas de ellas se darían respondiendo a una lógica acronológica y otras a una lógica cronológica. Si las respuestas de origen acronológico demuestran un orden debe ser porque la fuente de estas respuestas está ordenada, aunque consideradas una a una las respuestas parezcan inesperadas y escapen a nuestra lógica.

Reflexionaremos a continuación sobre el dado como simulador de azar y hablo de simulador porque a mi entender nos ofrece claves para comprender el azar aunque sea tan natural como un rascacielos, un producto manufacturado por el hombre. El auténtico azar debe ser natural y por tanto presentarse espontáneamente en la naturaleza.

Si contemplamos un dado como si pudiéramos hacerlo al margen del tiempo observaríamos obviamente una estructura regular no solamente en cuanto a estar constituida por un cubo perfecto, sino dotado de una masa interior homogénea e igualmente repartida. Cada una de las partes en las que mentalmente pudiéramos dividir el dado posee una información del resto y como resultado de esta propiedad fuera del tiempo actuará el dado dentro del tiempo.


Así cuando el dado sea movido por una fuerza aparecerá un número impredecible; en cada acto similar se generará un número al azar. Sin embargo, cuando recogemos una gran serie de datos al azar producidos por el dado aparece un gran misterio, se nos muestra un conjunto ordenado perfectamente, hay 1/6 de 1, 1/6 de 2, 1/6 de 3, 1/6 de 4, 1/6 de 5 y 1/6 de 6. Este hecho se debe indudablemente a que la estructura absolutamente ordenada que produce como resultado el acto aleatorio termina retratándose cuando ejecuta el azar. El azar no es producto del desorden, sino del orden. Variando las características del dado obtendríamos distintos comportamientos azarosos, pero la estructura del dado se reflejaría en la estructura de los datos.

Del mismo modo en informática podemos simular el azar ajustándolo a distintas distribuciones que serían reflejo de la programación. La programación produce por separado datos al azar, pero recogidos los datos podríamos deducir la programación: si en un sistema que produce azar existe una estructura, se manifestará.

En consecuencia es posible que en una estructura biológica la manifestación del azar tienda a producir estructuras vivas, a mantener el orden absolutamente necesario para los seres vivos, en vez de a destrozar el orden e imponer el caos y la muerte.

Para mantener esta hipótesis sobre el azar es necesario asumir una información basada en la no separabilidad entre las partes de un sistema y la acronología; deben existir observaciones que se ajusten a esta concepción, aunque desde el plano cronológico se intenten también explicar con más o menos éxito. No es descartable que las respuestas obtenidas desde un mundo acronológico, basado en la no separabilidad, y un mundo cronológico basado en la causalidad, sean complementarias.

Existen experiencias y análisis que podrían reinterpretarse de acuerdo a la acronología. Un conjunto de individuos, que pueden ser hombres, ratas o monos, o incluso cristales, por ejemplo, realizan acciones novedosas, posteriormente se observa cómo dichas acciones se producen en el resto de individuos de su clase o especie aunque estén alejados y no hayan recibido información sobre los hechos que ahora realizan: monos que lavan batatas, ratas que resuelven laberintos, hombres que reconocen rostros en dibujos abstractos, cristales que cristalizan.

Puede pensarse que en estas experiencias hay un antes y un después, pero el que nuestras interpretaciones sólo puedan ir por ahí, no significa que ese sea el sendero correcto. La ruta alternativa podría consistir en que la transmisión es instantánea, pero ¿qué significa? ¿que ese instante se puede dividir en dos o más y entonces asumir un tiempo que pueda establecer una causalidad? Las experiencias comentadas se realizan en términos de probabilidad es decir, de azar; para que el azar sea inaccesible, no hay mejor manera que blindarlo con acronología. Si es inaccesible nadie podrá manejar el universo a su antojo. Sería terrible que el Universo cayera en manos del hombre, la guerra de las galaxias se haría realidad. Menudo éxito…

Me referiré también a resultados obtenidos por Andreu y yo mismo en el sistema lingüístico. Simulamos cambios aleatorios del lenguaje solicitando de un grupo extenso de alumnos que inventaran palabras; luego hicimos lo mismo pero con la restricción de no poder utilizar los fonemas /p/, /t/ y /k/ conocidos en fonética como oclusivos tensos. Las palabras se inventaban escribiéndolas, luego eran recogidas y analizadas cualitativa y cuantitativamente. La conclusión es que los alumnos sustituían los fonemas oclusivos tensos por sus correlatos oclusivos laxos /b/, /d/ y /g/. De otro modo, la estructura del sistema lingüístico actuaba por medio del azar en los cambios que se producían manifestando una tendencia hacia cierto grupo similar de fonemas y no a otros; los rasgos distintivos que explican la estructura del lenguaje se expresan y reflejan en los cambios aleatorios.

Citando las experiencias de Hall respecto a la probabilidad de presentación simultánea de dos mutaciones relacionadas con el aprovechamiento del triptófano, Cedano basándose en la probabilidad de mutación plantea la existencia de un mecanismo de corrección de errores en los seres vivos, un debugger biológico. La probabilidad de la primera mutación era x, de la segunda y, de las dos a la vez debiera ser x*y, sin embargo, era cien millones de veces mayor. En este caso cuanto más complejo es el cambio éste se ve más favorecido de lo esperado. En palabras de Cedano
es evidente que se estaba produciendo un mecanismo de evolución guiada y facilitada. Sin acudir, en principio, a la solución aportada por Cedano es una cuestión matemática simple la explicación del resultado: las probabilidades de ambas mutaciones no son independientes. Por ejemplo la probabilidad de que un alumno suspenda matemáticas es x y la probabilidad de que suspenda física es y, pero como los alumnos dotados para las matemáticas suelen estar dotados también para la física, la probabilidad de que un alumno suspenda a la vez ambas asignaturas es mucho menor de la esperada. El nexo que explica la no independencia de ambas probabilidades es que el sistema cerebral posee una estructura interna que liga la capacitación para ambas materias.

Imaginemos un tipo de dado con el que obtenemos la siguiente frecuencia de resultados:

1/4 2, 2/4 7, 1/4 12

Les daré más información: estos datos han sido obtenidos tirando dos dados a la vez.

La probabilidad de obtener 2 sería el producto de las probabilidades de obtener 1, es decir: 1/6 * 1/6 = 1/36. Sin embargo, la probabilidad obtenida es 9 veces mayor ¿por qué? porque no son independientes los dados, ya que los pegue por la cara del 5, por eso no aparece el 10. La estructura de los dos dados es no separable y la probabilidad de suceder un fenómeno se modifica notablemente.

Desde la perspectiva acronológica la probabilidad de que dos sucesos se produzcan en la naturaleza de un modo natural, siempre que exista un sistema, se modificaría por la información contenida en la estructura que la produce. De tal modo el debugger sugerido por Cedano se potenciaría por el azar y el sistema ganaría eficiencia.

En la biología evolutiva darwiniana las observaciones siempre han sido interpretadas como pertenecientes a un mundo cronológico puro. No obstante, cuando Monod sugiere que el organismo está sujeto a una selección no sólo exterior sino también interior y que cuando el organismo toma la decisión de mutar toma decisiones de otras mutaciones que permitan la viabilidad de la primera, nos está quizá dando pie a hablar de la no separabilidad. La jirafa puede alargar el cuello, pero este alargamiento es letal si no se producen otros cambios de tipo circulatorio interno.

Habría que distinguir el azar natural del provocado; no debe ser lo mismo. Las mutaciones provocadas son normalmente letales y por tanto inviables; sin embargo, la naturaleza nos muestra una proliferación de mutaciones exitosas y viables. Ello debe ser porque al forzar la mutación alteramos la estructura interna provocadora de azar, es como si entráramos con un elefante en una cacharrería, o como si quisiéramos modificar la programación de un archivo ejecutable previamente compilado (traducido a código máquina) sin el uso previo de un descompilador; lo más natural en este caso es estropear el fichero.

El azar biológico puede producir estructuras biológicas; si es así habrá que cuestionarse el auténtico papel de la selección natural, porque desde luego no determinaría tanto la naturaleza de la especiación. Si antes de pasar por el filtro hay que obtener la solución a filtrar, ello significa que es previo el acto aleatorio al filtro causal y que, por tanto, todas las posibilidades exitosas que existen o que hayan existido son y han sido respuestas previas a la selección. Es probable que el azar biológico produzca soluciones biológicas ordenadas de acuerdo con la naturaleza de la vida en vez de respuestas que torpedeen la compleja viabilidad del organismo.

Considerando el azar como respuesta, se muestran predecibles observaciones como la que cita Giordan que realizó Culmann: las fibras óseas del fémur, que observadas a determinado nivel están dispuestas de manera aleatoria, se distribuyen exactamente teniendo en cuenta las líneas de fuerza que se ejercen en el material del hueso. El resultado es una estructura difícil de superar desde una perspectiva fisiológica. De otro modo: el resultado del azar está, como mínimo, a la altura de una respuesta crono-causal.

Ruiz de Gopegui habla del hombre como una casualidad cósmica; para él, entre otros, el Universo evoluciona en dos fases diferenciadas: la atomicoquímica en las que las leyes físicas tienen un papel preponderante sobre el azar y la evolución biológica en la que el azar juega un papel preponderante. Permítanme otra lectura de la misma afirmación: el Universo no puede existir sin azar, su papel es tanto más importante cuanto más complejo es el sistema. La teoría de sistemas nos dice que cuanto más complejo es un sistema las relaciones entre sus partes se vuelven más importantes que las partes mismas. De este modo el azar gana importancia conforme la complejidad aumenta porque el azar es la huella de una relación, de unas estructuras que existen en la intimidad de los sistemas. La naturaleza no existiría sin el azar. De acuerdo a la teoría de sistemas, conforme se incrementa la complejidad las relaciones entre las partes se hacen más importantes, y es ahí donde el azar aparece más. Estamos pues ante una pista entre relación y azar, sugiriéndonos otra vez que el azar es una relación expresada. Cedano compara la evolución azarosa en la naturaleza con la programación al azar, ningún programador confiaría en el azar para programar: Sin duda dicho azar es artificial y desligado del sistema informático, pero un azar natural integrado en el sistema podría tener un papel más relevante en la naturaleza.

Un azar fruto de la desinformación, producido por una masa amorfa y desordenada produciría desorden, caos y muerte. El papel del azar no parece haber sido ese. En ausencia de la lógica causa-efecto-tiempo, que es animal y humana, el universo funciona mediante reacciones entre sus partes que reciben información acronológica del sistema. Ante nosotros esta información aparece como azar, pero el azar es consustancial, habitual y reflejo de la estructura del Universo. Cuando Dios tira los dados no tiende a salir cualquier cara, los tiene trucados y gracias a ello existe el mundo como es, del que se explica aquello que es explicable, por desgracia en todo aquello en lo que el azar no interviene. No estamos hechos a imagen y semejanza del azar, pero sí del sistema que formamos, el cual nos rige a través del azar. La naturaleza del Universo es azarosa y gracias al azar se muestra ante nosotros como es.

Una analogía de nuestro Universo sería una película dividida en fotogramas: el escenario representaría al Universo, cada fotograma por separado expresa un conjunto de elementos que mantienen una estructura en un tiempo acronológico, sus partes están perfectamente relacionadas constituyendo una imagen que comprendemos. Esta relación comprendida equivaldría al nexo acronológico del sistema. En nuestro mundo cronológico la sucesión de fotogramas, la película, es lo que es susceptible de ser analizado con nuestra lógica pues representa una acción en el espacio tiempo.

Les cuento la película: Son dos personajes sentados, se mueven y es predecible que variarán las posiciones de las partes del cuerpo; de repente en un fotograma aparece una mutación por azar, por la parte izquierda vemos la primera imagen de una mariposa que en los siguientes fotogramas cruzará hacia la derecha. ¿De dónde ha salido la mariposa?, no estaba en el fotograma anterior, ha sido el azar. A partir de la primera aparición aplicamos la lógica crono-causal que no podemos aplicar al azar-mutación de la imagen inicial del lepidóptero. Más todavía, ¿de dónde salió todo el escenario? Yo que he visto toda la película les aseguro que en el primer fotograma aparece un punto por azar que explota. No puedo saber de dónde viene, cuál es su causa, porque allí desaparece el tiempo, incluso para la lógica espacio-temporal.

Recopilando:

1.- El azar natural y el artificial son distintos.

2.- El azar es una respuesta natural que forma parte de una propiedad autocreadora de los sistemas.

3.- El azar es producido por una estructura y por ello muestra también una estructura y contribuye a crear estructuras. (Consideremos la estructura como un conjunto de partes ordenadas).

4.- El azar es inaccesible porque se debe a la no separabilidad de las partes de un sistema en un escenario acronológico. Por tal razón nuestra lógica causal y cronológica no lo puede abordar.



BIBLIOGRAFÍA

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Tomado de:
http://www.filosofiacuba.com/azar.html


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