por Inés Matute *
" Cuando Yuke pinta
bambúes todo es bambú, nadie es gente. ¿Acaso no ve a la gente? Tampoco
se ve a sí mismo. Absorto, bambú que crece y crece. Idu Zhevengzi. ¿Quién otro tiene ese poder para irse sin moverse?” Su Dongpo
El Zen, filosofía en la que
la contemplación es la única vía de relación igualitaria entre el
hombre y la naturaleza, ha dejado huellas muy tangibles en el arte
occidental del último siglo.
El Zen o el mal llamado arte Zen sólo puede ser
comprendido y analizado dentro de un contexto filosófico y cultural muy
concreto.
Una de estas consecuencias estéticas, sino la más
importante, fue el protagonismo que adquirió el trazo, el gesto
convertido en objeto artístico dotado de un significado completo en sí
mismo. La pintura Zen se ejecuta de una manera espontánea, de un solo
trazo, sin retoque posible. Esta técnica exige dominar tanto la técnica
pictórica como el objeto que se va a representar, tanto en detalle
como en su conjunto.
El pintor Zen debe de ejercitarse en el dominio de
distintos tipos de pinceladas: Zheng Feng o ataque frontal, Tuo o
arrastrado, Ca, frotado, Duncuo o cadencia sincopada, Pomo o manchas
sin contorno...etc. El pincel y la tinta, lo concentrado y lo diluido,
lo grueso y lo fino, la presión y la pausa, también son valiosos
referentes a tener en cuenta en esta difícil técnica del vómito
inconsciente o "casual” de los gestos.
Otra de las grandes aportaciones que el Zen brindó a
occidente fue el concepto de vacío. El vacío, como concepto o como
forma, determinará toda una estética artística en el arte del siglo XX.
Este vacío será el principio y el silencio primordial donde las
palabras o las imágenes no enturbian la mirada, un vacío que jamás es
una ausencia o una carencia, sino una enorme presencia en la que no se
produce ambigüedad alguna entre el ser y el existir. Es el lugar más
allá del que nada es, una porción inmutable que subyace en cada ser.
Algunos creadores incorporaron el concepto a sus obras -Max Tobey,
Agnes Martín, o los españoles Miró y Tapies. Otros asumieron estas
imágenes ya incorporadas a Occidente y las desarrollaron en nuevas
direcciones que poco o nada tenían ya que ver con los principios
básicos del Zen – nos referimos, en este caso, al Arte Mínimal .
La relación entre el artista Zen y el vacío, a veces paradójica, se podría resumir de la siguiente manera:
- El pintor Zen es un artista cuyo objetivo está claramente fijado en su conciencia.
- El pintor Zen es un artista que no fija objetivo alguno en su conciencia.
- El pintor Zen no se relaciona con el objeto, él mismo es el objeto.
- El pintor Zen es un objeto que añora a un sujeto.
- El pintor Zen busca representar la vacuidad: mientras
occidente busca presencias con las que llenar el vacío, oriente buscará
las ausencias.
- El ideal del Zen es encontrar aquella imagen más allá de
la cual cualquier deseo es imposible, y habitar esa imagen
eternamente.
- La pintura Zen es heredera, conceptualmente, del Tao.
"La Belleza” como reino absoluto en el que cualquier artificio
traiciona su esencia. El pintor Zen jamás sucumbe al amaneramiento, se
limitará a caer rendido ante la belleza, a eliminar de su mente toda
memoria que le distraiga de su gozosa contemplación.
- El pintor Zen es un vasallo de la armonía.
El Zen ha utilizado la paradoja como el único medio de
expresión de un pensamiento en apariencia contradictorio. Esta paradoja
no aporta conclusión alguna, puesto que cualquier conclusión anularía
la compleja naturaleza del sistema y conectaría con una vía silogística
y racionalista, vías diametralmente enfrentadas a la esencia del Zen.
La paradoja como "Unidad” se desarrollará en el Zen como
un nuevo instrumento de conocimiento, y aquí nos encontramos con el
primer problema: El método Zen de conocimiento de la realidad resulta
muy complejo, quizás incluso incongruente para el tradicional sistema
de pensamiento occidental: "Vaciar” para "encontrar” frente a nuestro
"llenar” para "conocer”.
El Zen afectará también a la relación del hombre y la
naturaleza, y a partir de la naturaleza, entendida como una realidad
activa, se producirán interesantes trabajos englobados en lo que es su
momento se definió como Ars Povera y Land Art. Este tipo de discursos,
más acordes con el espíritu japonés, se nutrió de artistas occidentales
y de artistas orientales que reinterpretaron el discurso occidental y
lo adaptaron a sus obras, como es el caso de Yukihisa Isabe y Grapo
Gun.
Algunos movimientos artísticos se interesaron por otro
aspecto de estas novedosas influencias orientales que tanto estaban
calando entre las clases pensantes: La función del Zen. ¿Cual era la
función de esta corriente de pensamiento a la que cada vez más
creadores occidentales se adherían? Su función, aparentemente, era
despertar la conciencia "dormida” del artista creativo, y para ello era
preciso que el arte adquiriese una forma tan contundente como
impactante. El Zen consigue cumplir su función mediante un juego
poético- paradójico: el Koan, un concepto en el que el espectador jamás
juega un rol pasivo.
Cabe ahora preguntarse, ¿existía, como tal, el arte Zen?
No. Tal denominación es inexacta o induce a error. No
existe ningún estilo formal concreto al que podamos denominar Zen, pero
sí que se tiende a identificar este estilo con la obra de los artistas
más gestuales. Este gestualismo no se considerará un fin plástico en
sí mismo, y en ningún caso constituirá un elemento aglutinador de la
escuela. Quizás lo más acertado sería decir que si bien no existe la
pintura Zen como tal, sí que existe suficiente obra de artistas
practicantes de la filosofía Zen que adaptarán la pintura como una
prolongación de su búsqueda filosófica, obras a las que en cierta medida
se podría calificar como "obras-zen”.
Occidente, en muchos casos, ha importado la envoltura
metodológica del Zen y lo ha convertido en concepto y objetivo, a veces
transformándolo en exotismo y evasión, en energía liberadora y
anarquizante o sencillamente, cristianizándolo. Gran parte de la
influencia atribuida al Zen proviene del Tao, doctrina sin embargo más
materialista y ligada a lo social. Consideremos también que buena parte
de la espectacular influencia atribuida al Zen, tanto en la
Abstracción americana de los años 40, como en el Expresionismo e
Informalismo europeo proviene, en gran medida, de los pintores chinos
Ipin y el Grupo Bunjin- Ga.
EL ZEN EN EL SIGO XX: ACCIÓN Y CONFUSIÓN
El
Zen en Occidente, desde finales de los años 30. conectará a la
perfección con la vena irracionalista, invadiendo todos los campos
culturales: la filosofía, la pintura, la música e incluso la ciencia.
El Zen se convirtió en la ideología de la contracultura, en una fuente
de renovación tanto cultural como personal. El proceso de asimilación
de oriente culminará con la Action Painting – Pollock, Resznick, De
Kooning- y con los continuos viajes de Graves y Michaux al Japón.
En ocasiones se imitó la
metodología, en otras la técnica, intentándose siempre dotar de un
nuevo sentido a la realidad. Las nuevas interpretaciones fueron
acertadas o desacertadas en mayor o menor medida, más o menos sinceras,
pero siempre inquietantemente rompedoras. Sin embargo los errores
dejaron a sus espaldas un cierto tufillo a falso hippismo y a snobismo
trasnochado que aún en nuestros días nos llevan a cuestionarnos la
validez del movimiento.
Eco, escandalizado, señala: "Los
profetas de esta generación perdida han esgrimido el Zen como
justificación de sus vagabundeos religiosos y de sus sacras
interperancias”.
Mariano Antolín nos hablará
del Square Zen, ortodoxo y eclesiástico, al que se dirigen las personas
que creen haber encontrado un nuevo camino de salvación, y de un falso
Beat Zen que nace como rechazo al American Way of life, como un motto
de lucha contra el sistema.
Para Racionero la influencia
de Extremo Oriente en Occidente es siempre positiva, puesto que
restablece la confianza del hombre en su primitiva bondad (frente al
occidental "homine lupus” aportado por los países nórdicos y sajones).
A pesar de los aciertos y los fracasos, la influencia del
Zen, incluso la influencia de Oriente sobre Occidente en general, marcó
un fructífero cambio en el arte occidental: Alteró el concepto de
realidad y la relación del sujeto frente al objeto. Liberó al objeto de
la jerárquica tiranía, siendo la contemplación y la intuición los
vehículos de este revolucionario cambio.
EL CAMINO HACIA LA ABSTRACCIÓN
El Zen nació
arropado en el Tao y dio ese último paso en el proceso de
desintegración del objeto. En Occidente, Cezanne dará otro gran vuelco a
la crisis del objeto como tal. El cubismo lo rematará relativizando
definitivamente la realidad: el objeto se analizará simultáneamente
desde distintos puntos de vista, se eliminarán todas las diferencias
entre figura y fondo y se perseguirá la unidad espacio-temporal. Sin
embargo, la mirada cientifista del cubismo será totalmente ajena a la
mirada intuitiva del Zen.
El objeto, más o menos descompuesto – por obra y gracia
del cubismo- seguía siendo un estorbo para la contemplación de lo
universal. El objeto demarcaba espacios cerrados, lugares con nombres
definidos, singularidades en las que el Uno quedaba relegado. El anhelo
de rozar la Unidad condujo a algunos artistas a la eliminación de la
figuración: el objeto, a partir de ahora, sobra.
Para Mondrian la disolución de lo uno en lo múltiple era
doblemente necesario: como vía para trascender de lo material a lo
espiritual, y como medio para eliminar el orden social jerárquico. Esta
disolución del uno en lo múltiple será para Mondrian la propia
identidad del universo, pues representa la igualdad entre los seres,
capta el reposo y elimina el dramatismo subjetivista. Sin embargo,
algunos escritos del artista desvelarán una tibia filosofía más acorde
con la estética islámica, más ligada al número, a la proporción y a la
esencialidad del color.
"El reposo se hace plásticamente visible mediante la expresión de relaciones.”
Kandinsky, como Mondrian, buscará el vínculo con lo
espiritual, pero en él las relaciones abandonan el plano conceptual,
siendo el nuevo enlace el espacio intuitivo. Su espacio será un lugar
en el que las formas y los colores se entrelazan buscando las
resonancias del alma. Para Kandisnsky el arte será la búsqueda de la
sustancia espiritual que nos une al universo (obsérvese que el Taoísmo
ya define esta sustancia como Qui).
"
La armonía de los colores debe de basarse únicamente en el
principio adecuado de contacto con el alma humana. Llamemos a esta base
Principio de Necesidad Interior.”
DUCHAMP
Duchamp, que no permanecerá ajeno a este flujo cultural,
mantendrá abundante correspondencia con el poeta y crítico Shuzo
Takiguchi, cartas en las que nos dejará entrever su preocupación por
encontrar el vínculo de unión entre Arte y Vida.
Duchamp, recuestionándose la función del arte, obligará al
espectador a convertirse en poeta y artista creando atractivos enigmas
que nos remiten, una vez más, al Koan.
"La realidad no es cuando es nombrada. Es el juego de la metamorfosis, en cuya primera regla el jugador se metamorfosea”.
Duchamp, novedosa versión de un viejo alquimista, no persigue tanto la
consecución del oro, sino la transformación del experimentador mismo.
EL SURREALISMO
Con el surrealismo el problema ya no es tanto el cómo o el
qué representar. El problema del surrealista será cómo llegar al
conocimiento: puesto que la mente racional es fragmentaria, es preciso
buscar un vehículo global. El Koan es el vehículo Zen por excelencia:
Asociaciones aparentemente contradictorias que actúan como disparadores
con conciencia, vibrantes paradojas para despertar a una mente
adormecida por lo cotidiano. El surrealismo, preocupado por acceder a
esa oscura parte del ser humano, buscará sus propios disparadores de
conciencia, sumergiéndose de lleno en el mundo del psicoanálisis
Jungiano. André Breton, en su Manifiesto Surrealista, nos hablará de "
un método de creación para acceder a la iluminación unificadora”.
"
Surrealismo, nombre, puro automatismo psíquico por medio del cual
se intenta expresar, ya sea verbalmente o en la escritura, la
verdadera función del pensamiento, pensamiento dictado en ausencia de
todas las preocupaciones estéticas y morales”
Con los surrealistas el gran problema del artista se
desplaza del objeto al propio proceso, creyendo encontrar la respuesta
en el Sufismo y el Zen.
Para los surrealistas la "realidad verdadera”, situada en
otro plano respecto a lo tangible, será un auténtico motor de búsqueda.
EL EXPRESIONISMO ABSTRACTO
El
expresionismo abstracto también preconizó la mirada irracionalista y
encontró en el Zen una fuente de inspiración directa, un nuevo modelo de
realidad. El expresionismo tenía un claro objetivo: despertar la
conciencia, y un bien definido vehículo: el gesto. Con este movimiento
llegó el gran boom del Zen. A través del Zen se desarrollará la idea de
El Arte como un camino iniciático, de El Arte como proceso.
Si el gesto es el primer protagonista de esta aventura, el
segundo lo es el vacío; el vacío presidirá la obra y el gesto se
convertirá en contenido, y con ello se profundiza más en la intención
que en el método.
"
En el Zen existe una vertiente meditativa, pero también existe un
choque que sirve para sacudir la mente, para hacer que algo sea más
bien indigerible que digerible. Hay momentos en los que me vuelvo
realmente muy contemplativo y me disuelvo en el vacío, pero también hay
momentos en los que intento sugerir este vacío con una sacudida, y
despertar al espectador. ”
Antoni Tapies
A partir de la influencia del Zen en la abstracción
informal, podríamos señalar dos enfoques diferentes: El primero
englobaría a los informalistas franceses – y aquí incluiríamos a
Pollock, Kline, Gottlieb y Hartung- que aunque beben directamente de
las fuentes Zen, están más relacionados con los pintores Taoístas Ipin.
El segundo enfoque será el de Tobey, Motherwell y Agnes Martin, más
cercanos a la visión global del Zen que a una escuela concreta.
"
No comienzo casi nunca con una visión precisa. Comienzo con una
idea pictórica, un impulso que procede en general de mi mundo interior.
Quizás, algunas veces, la imagen proceda de un hecho lejano de mi
inconsciente, como un sueño.”
R. Motherwell
"
El Japón antiguo con su enseñanza Zen y su filosofía del Taoísmo,
descubrió que lo que había en la taza vacía era mucho más valioso que
lo que había en la llena. El círculo del vacío, liberado de la
imaginación, permitía que cada uno alcanzara un estado mental que lo
liberaba de siquiera considerar las ideas del otro. ”
M. Tobey.
Antoni Tàpies "Nocturn Matinal", 1970
litografía "rahussée" por el artista
55 x 77 cm
ARS POVERA Y LAND ART
Para el filósofo Zen, la
obediencia a los ritmos sutiles y primordiales de la naturaleza es un
medio de integración en la vida universal. Cualquier diferencia o
manipulación humana, por pequeña que esta sea, crea una ruptura con
todo el universo. La unidad armónica sólo se consigue respetando las
cualidades de cada elemento. Partiendo de esta premisa, las propiedades
plásticas de los distintos materiales derivarán de las propiedades
físicas, rechazándose conceptos como "reconstrucción” o "intervención”.
Con el Arte Povera, Occidente retomará la preocupación por esta
vibración energética de cada material, por la potencialidad creadora de
cada sustancia en sí misma y por el modo de manifestarse de cada
elemento. Ya no hay protagonistas, y si los hay, éstos son los vínculos
físicos que se establecen entre cada material de la naturaleza,y no el
material en sí. Como en el jardín Zen, el devenir, lo accidental,
marca las relaciones entre los objetos. El Arte Póvera no se
manifestará nunca a través de productos acabados, y conceptos como
"deshielo”, "condensación” "descomposición” y "desgaste” serán
fundamentales tanto en el proceso creativo como en el resultado de la
obra póvera.
"La mente del ser humano y la tierra están en un
estado de erosión constante; los ríos mentales desgastan riveras
abstractas, las ondas cerebrales socavan acantilados de pensamientos;
las ideas se descomponen en piedras de desconocimientos; las
cristalizaciones conceptuales se separan formando depósitos de razón
arenosa. En este miasma geológico se producen vastas dificultades de
movimiento, y se mueven del modo más físico. Este movimiento parece
estático, pero aplasta el paisaje de la lógica bajo ensueños glaciares.” Robert Smithson.
El Land Art actuará
directamente sobre la naturaleza dentro de la misma naturaleza y, como
en el Zen, la naturaleza en sí misma será utilizada en el múltiple
papel de forma-medio-lugar-contenido. Buscando otros paralelismos con
el Zen (el jardín Zen es ante todo un paraje para la reflexión), el Land
Art reivindicará los espacios vacíos y silenciosos, espacios
susceptibles de ser llenados de energía en estado puro. Ocasionalmente,
el Land Art también aparecerá dentro de contextos urbanos –
destacaremos el Base Plate de Richard Serra: la búsqueda del contraste
entre sencillos elementos de orden (el círculo) y el desorden (la
ciudad en sí)- pero no es muy habitual encontrar muestras de Land Art
fuera de la propia naturaleza .
Base Plate de Richard Serra
JOHN CAGE: El conocimiento paradójico
La abstracción americana y
el informalismo francés se inspiraron y captaron las formas del Zen. El
Neo Dadá llegó más lejos, y supuso un acercamiento conceptual,
metodológico e intencional a la filosofía Zen. Además de "el proceso”
rescatado por el expresionismo abstracto, comienza a interesar el
efecto indirecto sobre el espectador, el anteriormente mencionado
"disparador de conciencia”. El mundo, tal y como era percibido por el
Zen, deja de ser una individualidad cerrada, puesto que los elementos
son interactuantes.
" Se considera material o concreto a aquel que tiene afinidad estrecha con el sonido que tiene el material.”
El nuevo objetivo será liberarnos de la conciencia, tanto
en el proceso como en el resultado, o mejor dicho, en el
proceso-resultado, pues este resultado es abierto y continuo. Hay que
romper con cualquier esquema preestablecido para encontrar la ley o el
principio generador de las cosas, hay que "imitar a la naturaleza en su
modo de operar”. En 1951 John Cage entrará en una cámara anecoica y
escuchará dos sonidos, uno grave y uno agudo, siendo el primero el
sonido de su propia sangre en circulación y el segundo el "aullido” del
sistema nervioso: la propia existencia autoexpresándose a su manera.
Tras esta experiencia, Cage, como creador musical, no buscará la
interpretación de la realidad, sino una manera de abrir procesos para
que esta realidad actúe y permita al espectador la captación de estos
procesos. Llega pues el momento de introducir el factor azar tanto en
la composición de las obras como en su ejecución. No obstante, pronto
se comprendió que este "azar”, al que posteriormente Cage se
abandonaría por completo, escondía algunas trampas. ¿Sería el
irracionalismo el nuevo intelectualismo? El I Ching, Jung, y un
permanente contacto con las culturas orientales, le acercarían a una
nueva clave de interpretación:
"El mejor propósito es no tener propósito. Si queremos aceptar las operaciones del azar, debemos también aceptar el resultado.”
Para no extendernos demasiado, añadiremos que las
aportaciones conceptuales más significativas de John Cage fueron las
siguientes:
No imitemos a la naturaleza.
Operemos a través del arte del mismo modo en que opera la
naturaleza, con el elemento "azar” como uno de los motores básicos.
Unamos arte y vida, convirtiendo al arte en mediador o espectador de la propia vida.
"And what is the purpose of writing music? One is, of
course, not dealing with purposes but with sounds. Or the answer must
take the form of a paradox: a purposeful purposelessness or a
purposeless play. This play, however, is an affirmation of life -- not
an attempt to bring order out of chaos nor to suggest improvements in
creation, but simply a way of waking up to the very life we're living,
which is so excellent once one gets one's mind and one's desires out of
its way and lets it act of its own accord "
MIRÓ: LA REALIDAD COMO ESPEJO
"Limitándome a unas
pocas líneas, intenté dar al gesto una calidad tan individual que se
convertía en casi anónimo, como un acto universal. A causa de ello,
existe quizás una cierta similitud entre estos trabajos y lo que podría
llamarse pintura contemplativa o meditativa. Por eso pedí que pusieran
un banco delante de las telas. Así la gente puede sentarse a
contemplarlas hasta sumergirse en ellas.” "Los espacios vacíos, los
horizontes vacíos, todo lo despojado me ha impresionado mucho siempre.”
Miró.
Durante su primer viaje a
Japón, Miró entra en contacto con numerosos artistas locales, visita
templos y museos nacionales y queda especialmente impactado por el arte
Zen, por la plenitud del vacío, la integración de la naturaleza, el
movimiento como eje que reúne los elementos, la utilización del azar,
la espontaneidad controlada, el protagonismo del trazo.
Todos estos elementos, sin
embargo, ya eran conocidos por el gestual Miró, un Miró que ya había
viajado a EEUU en los años 40 y había bebido de las fuentes de la
vanguardia americana. La renovación estética de su obra tras la visita
al Japón se nos hará evidente por la introducción del goteo y la
utilización de todo tipo de materiales, desde el agua sucia con la que
limpiaba sus pinceles a cualquier resto no orgánico encontrado en su
taller.
También incluirá un
vocabulario formal inspirado en los signos de la pintura china. Miró
sintoniza, asimismo, con otro aspecto muy peculiar del Zen: el humor, un
humor no abordado por la generación de lo abstracto.
El humor en la filosofía
Zen es un elemento paradójico, que utilizando la razón escapa a ella,
que siendo ciertamente emotivo escapa de la emotividad.
El humor, requiebro de la
imaginación, despierta a la conciencia dormida en los esquemas
tradicionales. Cuando uno contempla los inmensos azules de la serie
"Bleus”, no sólo el vacío se hace presente, sino que ese mismo vacío
inunda todo el espacio más allá de los márgenes del cuadro. Es una
ausencia luminosa y azul, una sonora y expansiva carcajada.
Joan Miro, The Gold of the Azure .
CONCLUSIÓN
Como última consideración,
resta anotar que el arte del siglo XX se ha ido trazando a través de
una trepidante sucesión de buscadores. Amantes de lo experimental,
soñadores, aventureros todos, estos buscadores osaron, de múltiples
maneras, dar respuesta a cada interrogante planteado desde el ámbito de
lo existencial. Artistas que se aventuraron a adentrarse en un viaje
hacia tierras desconocidas, que no dudaron ante largos caminos
jalonados de trampas y rechazos, ante senderos sin salida. Quizás sus
respuestas pierdan validez a corto plazo, o quizás nunca hayan apuntado
en la dirección correcta. Error o acierto, sólo nos queda depositar
nuestras esperanzas en esos hombres del hoy y del mañana, creadores
curiosos y perseverantes, que aunque en un determinado momento de sus
vidas decidan interrumpir el viaje, antes descubrirán, para ellos
mismos o para nosotros, espacios fecundos, puertas abiertas al infinito.
Algunos de los maestros que les precedieron creyeron encontrar en el
Zen un hilo de claridad, una pista para recomponer la identidad, una
guía para reconocer el mundo con ojos nuevos, con un nuevo estado de
conciencia o, lo que es aún mejor: con los ojos del nuevo hombre,
silencioso y receptivo ante las fuerzas del universo. En nosotros está
continuar tan ardua tarea, aprender de sus errores y convertir sus
aciertos en algo más que un marco de referencia. La búsqueda continúa,
el proceso sigue abierto...
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* Inés Matute, es española,
formada en Bellas Artes comenzó ligada al mundo de las artes
plásticas, pintando; actualmente se dedica a escribir novela, cuento y
poesía, es periodista y directora de la revista electrónica
Espacio Luke.
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Fuentes:
Revista Electrónica Espacio Luke http://www.espacioluke.com/
Revista Literaria Independiente de los Nuevos Tiempos http://www.literaturas.com/
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