Esta cita tomada de Historia de la locura nos interesa
pues no solo menciona la incómoda persona de Sade, sino precisamente lo
pone en relación a dos edificios que van a ser centrales en Vigilar y
Castigar, el asilo y la prisión , justamente como construcciones en los
que se pone en juego la idea de disciplina. Ésta es clave de lectura
foucaultiana que llama con ese nombre a la sociedad pre y
postrevolucionaria. Al mismo tiempo, y por vertientes en principio
diferentes –vinculadas a la vida sexual- el nombre disciplina toma un
matiz peculiar al ser asociado al preso más famoso. Nuestro breve
trabajo quiere dar cuenta no sólo de la importancia de Sade en los
textos foucaultianos, sino presentar la problemática espacial presente
en la obra de Sade, su relación con la arquitectura de la época y su
vinculación con la temática arquitectónico-disciplinaria de Foucault.
La época de la Ilustración incluye en su vertiente
arquitectónica la continuidad de un plan de reforma social. Una
"arquitectura filosófica”, es la idea de un espacio que, con su forma y
representaciones simbólicas, puede construir y modelar las costumbres de
la sociedad. Se creía que la arquitectura tenia este poder, el de
construir con nuevas distribuciones espaciales, no sólo tipos edilicios,
sino que podría tallar las conductas sociales a través de formas
modernas que caracterizan las instituciones, desde la producción como la
fabrica, la sociabilidad como las logias y el teatro, hasta el
confinamiento como los hospitales y prisiones.
En este contexto, se generan arquitecturas alternativas
de perfectibilidad social, como las de Jean-Jackes Leque, Charles
Fourier y el Marques de Sade, que como victimas del encierro y la
exclusión institucional producen en el aislamiento sus esquemas de "la
otra ilustración”.
Comprender el sadismo no es comprender una práctica que
puede ser tan vieja como la humanidad, sino situarla en su contexto
histórico de origen. Es decir los finales del siglo XVIII y principios
del XIX (recordemos que Sade vivió de 1748 a 1814). Al mismo tiempo, al
hacerlo así, debemos detenernos a reflexionar sobre las formas
arquitectónicas y los usos del espacio que se relacionan con Sade. Pues,
dice Foucault, "no es casualidad que el sadismo, como fenómeno
individual que lleva el nombre de un hombre, haya nacido del
confinamiento y en el confinamiento, y que toda la obra de Sade esté
dominada por las imágenes de la fortaleza, de la celda, del subterráneo,
del convento, de la isla inaccesible, que son los lugares naturales de
la sinrazón . (p.37 HLII cast).
Sin embargo, nuestra perspectiva de análisis busca
situar a Sade en relación con la arquitectura de su época, como época
disciplinaria, y en consecuencia, más que un exponente de las formas y
lugares de la sinrazón, como la expresión de una racionalidad
arquitectónica afín a las de las diferentes instituciones de secuestro
foucaultiana.
Sade en la obra de Michel Foucault
Olaf Martens
La referencia a Sade en la obra de Foucault tiene
múltiples entradas. Y si bien sus análisis sobre el divino marqués no
son extensos, sin embargo su obra tiene una relevancia para Foucault que
éste deja en claro.
En Historia de la locura, Sade está pensado por
Foucault del lado de las experiencias límites, poética o filosófica. El
lenguaje sadeano "hace relampaguear ... la inminencia de una verdad
inmemorial” (HL p.472)en un momento donde la muerte de dios no da ya
lugar a ningún afuera sustentador.
En Historia de la sexualidad I, Sade aparece como
continuador de la tecnología confesional que impulsa a decirlo todo, el
convertir el sexo en palabras o mejor aún « intentar convertir el deseo,
todo el deseo, en discurso » (HSI cast). Sade aparece aquí colocado
(irónicamente) en la tradición de la pastoral cristiana del siglo XVII .
Sade puede vincularse también con la problemática del
autor, así dice: "No solamente Sade no existe como hombre empírico. Sino
que no hay personajes verdaderos ni desdoblamiento del autor en la obra
de Sade” . Sade pone en cuestionamiento el lugar soberano del sujeto ,
su obra es una obra sin autor "Es imposible conjeturar o reconstituir a
partir de Justine ... quién era Sade” .
Pero estas perspectivas de Sade no serán las únicas ni
las dominantes en Foucault. Así, en Las palabras y las cosas aparece la
obra Sadeana como punto de contacto entre el mundo de la representación y
su fin. Del mismo modo como Cervantes, y su Quijote, articula el pasaje
de la episteme renacentista a la clásica, ubicando el caballero de la
triste figura en el mundo de la analogía (lenguaje y mundo se encuentran
unidos) cuando ésta se ha vuelto ya un anacronismo, por su parte, la
obra de Sade, para Foucault es la articulación entre el mundo clásico y
el mundo moderno . Así dice Foucault en Las palabras y las cosas "Quizá
Justine y Juliette, en el nacimiento de la cultura moderna, ocupan la
misma posición que Don Quijote entre el Renacimiento y el clasicismo”.
Ahora es el deseo el que está surgiendo y pone en cuestión a la
representacióny ese período de la presencia sadeana coincide con lo que
Foucault llama la sociedad disciplinaria .
Recordemos la sociedad disciplinaria no se ajusta
estrictamente a la partición que hace Foucault entre Edad Clásica que
terminaría con la Revolución Francesa, iniciándose así la Edad Moderna .
Su inicio –si bien tiene antecedentes anteriores- está en la segunda
mitad del siglo XVIII y su fin no ha llegado, para Foucault, en la
medida en que también es nuestra época. Sade entonces lo repetimos se
inscribe en ese período y en su obra se puede encontrar presente la
preocupación clásica (representativa) por clasificar y organizar propia
de la historia natural, la gramática general y el análisis de las
riquezas, que es también coincidente con su dimensión política, propia
por tanto de la sociedad disciplinaria.
«Les romans de Sade ressemblent aux catalogues
interminables des passions perverses où tout doit être énuméré, où
l’ombre de l’inexprimable n’existe pas. D’ou la rigidité et le caractère
descriptif des romans sadiens: il faut épuiser et décrire toutes les
possibilités, afin de rendre justice au principe de la représentation
qui détermine les lois de la description. Les 120 journées, Justine et
Juliette constituent une grammaire générale des perversions ». Y el
mismo comentarista agrega «Les 120 journées de la Sodome est, sans aucun
doute, l’exemple le plus éclairant et la ressemblance, en ce qui
concerne la structure formelle, entre ce roman et le projet de
l’Encyclopédie dont rêvaient les Lumières est frappante »
Sin duda, Foucault no está pensando todavía con la
lógica de Vigilar y Castigar, pues Las Palabras y las Cosas es de 1966 y
Vigilar y Castigar es de 1975. Si bien en este último libro no hay
referencias a Sade, por un lado en ese mismo año tiene una clara
referencia al carácter disciplinario de la obra sadiana en una
entrevista en que responde "después de todo yo estaría suficientemente
dispuesto a admitir que Sade haya formulado el erotismo propio de una
sociedad disciplinaria: una sociedad reglamentaria, anatómica,
jerarquizada, con sus tiempos cuidadosamente distribuidos, sus espacios
cuadrillados, sus obediencias y sus vigilancias”, aunque no coincide con
éste y manifiesta el deseo de un erotismo no disciplinario. Pero
también, en otro texto, Sade es justamente lo opuesto de este erotismo
disciplinario o lo contrario de la sociedad disciplinaria, como lo
indica la siguiente referencia:
"Pour moi, Sade est le symptôme d'un curieux mouvement
qui se produit au sein de notre culture au moment où une pensée qui est
fondamentalement dominée par la représentation, par le calcul, par
l'ordre, par la classification cède la place, au moment de la Révolution
française, à un élément qui jusqu'alors n'avait jamais été pensé de
cette façon-là, c'est-à-dire au désir, à la volupté...”
El arte de las distribuciones Sadeanas
Olaf Martens
Sin embargo, veamos un poco en detalle esos elementos
disciplinarios – arquitectónicos, que Foucault no desarrolla. Si el arte
de las distribuciones foucaultiano plantea como primer momento la
característica de la clausura como "un lugar heterogéneo a todos los
demás y cerrado sobre sí mismo”.
Los relatos de Sade se desarrollan en las formas
existentes del castillo, el palacio, el teatro, el convento y la
prisión, manifestando así dos cuestiones características de los
libertinos. Una con relación al poder económico y la impunidad de la
burguesía y otra, la trasgresión en el uso edilicio, sobre todo
enfatizando cuestionamientos respecto a la moral religiosa. Estos tipos
edilicios están con relación a las clases de poder de la sociedad, a los
lugares privilegiados de aristócratas y financieros que cuentan con los
medios para aislar y proteger la lujuria de las penalidades del mundo
exterior. Por esto, las instituciones religiosas de acceso restringido
como el convento y el monasterio, son mascaras ideales ya que
proporcionan la seguridad y el completo aislamiento para que se
desarrollen la teoría y la practica del libertinaje.
El espacio de la sociedad libertina es un montaje sobre
formas existentes. Este espacio es sobre todo funcional por su
ubicación y sus características físicas lo hacen un asilo casi
inaccesible aislándolo del mundo exterior generando así el ambiente
propicio para la filosofía libertina. Por esta razón los limites de la
propiedad están protegidos por fosos de agua, muros extensos, trampas,
pasadizos; todo lo imaginable para un refugio apartado y solitario. Una
vez en su interior, la configuración de la planta, la programación y
sucesión de espacios, las visuales específicas de los recintos, así como
su intercomunicación, se encuentran ideados racionalmente sin los
complementos barrocos de la época. Tenemos entonces a Justine y su
encierro en el convento o la descripción del Chateau de Silling "de
acuerdo con el programa de moralidad de Sade, este asilo era incluso más
inaccesible que el convento de Sainte-Marie”.
"Pero el principio de "clausura” no es ni constante, ni
indispensable, ni suficiente en los aparatos disciplinarios. Éstos
trabajan el espacio de una manera mucho más flexible y más fina. Y en
primer lugar según el principio de localización elemental o de la
división en zonas. A cada individuo su lugar; y en cada emplazamiento un
tipo de individuo”
En Sade las cosas son quizá más complejas pero cumplen
perfectamente el deseo final de organizar y clasificar y también
finalmente –como ocurre en el dispositivo escolar- de educar. "Ha hecho
funcionar el espacio escolar como una máquina de aprender, pero también
de vigilar, de jerarquizar, de recompensar” dice Foucault. En "Las 120
Jornadas de Sodoma” que Pasolini llevó al cine aparece expuesto el
principio de la vigilancia y la jerarquía.
Existen los libertinos y sus objetos. La construcción
social se basa en los grandes libertinos (reyes, magistrados, obispos),
los ayudantes mayores (narradoras, institutrices), los asistentes
(criados, verdugos) y las victimas. Las victimas están categorizadas,
según colores y estos designan edad, propiedad, suplicio y en la
instancia más extrema, a quien le pertenece su vida. En el film de
Pasolini vemos al principio la exigencia estética para ser una victima y
como cada libertino determina su propiedad sobre esta, colocando en una
urna su nombre. La corrección de desordenes es importante, por lo tanto
en el film las victimas luego llevaran una flor celeste. En el texto de
Sade, "las 120 jornadas de Sodoma”, los colores de las cintas designan
propiedad y reserva de la desfloración. La vestimenta es otra categoría,
ya que fuera de las orgías, el desnudo marca al sujeto más humillado,
en Pasolini corresponde a la servidumbre. En los relatos de Sade el
desnudo es para las esposas, las hijas, las madres…
Indistintamente para hombres y mujeres, las categorías
por color están relacionadas con la edad. Los más claros son para los
más jóvenes y mientras la intensidad del color crece, la edad es más
avanzada. Se hace evidente entonces, que existe un cambio en la
vestimenta luego de que los sujetos han sido desflorados.
El vestuario es sofisticado y sutil, en general de
sedas y gasas, de colores claros, rosas y grises, es para efebos,
vírgenes, niñas de buena familia. Los colores han sido diferenciados
según el sexo. Las mujeres están ordenadas según etapas de la vida; el
blanco para "la infancia” y a esta categoría pertenecen las menores de
16 años, el verde para "la juventud” que va desde los 16 a los 20 años,
azul para "la edad razonable” desde los 21 a los 30 años y finalmente el
dorado para "la edad madura” cuando se han pasado los 30 años. La
vestimenta de los hombres es gris para los efebos de 7 a 12 años,
púrpura para los mayores de 12 hasta 18 y un frac tornasolado para los
agentes situados entre los 19 y 28 años. A partir de los 35 años,
existen los libertinos como raza; sujetos de una pálida belleza, mirada
encendida, aliento fresco, que la juventud los muestra deliciosos y
carismáticos, pero la vejes los torna horribles y decadentes. Según
avanza la edad, la intensidad del color aumenta como signo de intensidad
libertina.
El aspecto educativo, correccional es un clásico de la disciplina (también sexual).
... Justine viene de varios padecimientos físicos,
conoce a Rodín que es un cirujano que le cura sus heridas. Se recupera y
comenta que se va para buscar un trabajo. Este le propone quedarse en
su casa. Rodín, vivía de rentas y ejercía su profesión por gusto. Solo
vive con su hija de 14, dos criadas y ahora Justine. Rodín dirige en su
casa un pensionado de 14 niños y 14 niñas, todos de figura perfecta.
En la casa, están especificados los diferentes
espacios; desde la habitación de la hija, después de un gabinete, "tras
unas rendijas de un tabique mal terminado, se ve a Rodín con una alumna
de 14 anos "mientras tanto, Rodín, muy excitado, cogió las manos de la
joven, las ato a la anilla de un pilar que había en mitad del cuarto de
castigo… coloco una venda sobre los implorantes ojos. Agarro un puñado
de varas que estaban en una vasija en donde, sumergidas en vinagre,
adquirían mas flexibilidad y acidez... volvió con un joven alumno de 15
anos, Rodín azoto a 5 chicos y 4 chicas. Este cuarto donde corrige a sus
alumnos, es el mismo en donde goza de nosotras”
Según la regla de los emplazamientos funcionales, se
fijan unos lugares determinados para responder no sólo a la necesidad de
vigilar, de romper las comunicaciones peligrosas, sino también de crear
un espacio útil. En Sade, el refinamiento y la precisión de los
espacios están en proporción al uso que le corresponde, cada uno de
estos recintos posee medidas y funciones específicas distribuidos por
plantas sin dejar de precisar detalles. La distribución de los espacios
se mantiene siempre en torno a un espacio central, el más bello; una
gran sala de reuniones, un anfiteatro, un dormitorio voluptuoso. Este
espacio es el núcleo activo del edificio, el espacio social de
encuentros e intercambios, donde transcurren las narraciones y las
representaciones teatrales de la sociedad libertina, donde coinciden
libertinos, victimas y guardias. Estos relatos son constitutivos como
instancia teórica del libertinaje y las formas de narración varían entre
formas descriptivas y de organización de escena, pero siempre solo un
personaje esta destinado a esto; a estimular a través de la palabra.
Sade y la arquitectura
Olaf Martens
La arquitectura en la época de la ilustración y la
racionalidad que representa una instancia del pensamiento calculador
como fuerza objetiva, en Sade, no se produce una arquitectura Sadeana,
sino que se utiliza y transforma las tipologías existentes de la
arquitectura como escenario de sus representaciones. Nueva definición
del uso sobre las formas más distinguidas, nueva concepción del espacio
enfatizando racionalidad y funcionalidad; entradas escondidas, pasadizos
y desniveles, conducen dentro de las formas conocidas, a los usos
libertinos inimaginables.
Para llegar al "refugio” la peregrinación Sadeana
transcurre sorteando todo tipo de barreras físicas, naturales y en el
caso de Eugenia, hasta familiares. El acceso es un secreto que solo
algunos conocen y comparten. El primer esbozo de funcionalidad es el
aislamiento que permite al libertino dejarse llevar por sus pasiones,
protegidos por las barreras físicas interpuestas y por la impunidad de
su poder económico, político o religioso que le garantiza actuar con
total protección.
Toda la extensión del espacio libertino esta dispuesto y
acondicionado de forma racional para lograr una transparencia absoluta
entre actividad y espacio. En Sade, la representación del relato es el
programa que estructura la distribución y relación de los espacios, la
descripción de las plantas o secciones, parecen estar divididas de
acuerdo a sus usos, distinguiendo lo publico, lo semi privado y lo
privativo al uso exclusivo de los libertinos. En una planta, rodeando la
gran sala donde transcurren las orgías hay pequeñas habitaciones
cuantificadas y cualificadas, unas para almacenar el vino, otras para el
castigo de victimas. En otra planta, algunas habitaciones están
equipadas para el uso específico de la tortura de las victimas, otras
para uso exclusivo de los libertinos cuando quieren aislarse de las
miradas de sus compañeros, otra para la cocina y otra para el
almacenamiento de víveres. Esta también la planta de los dormitorios,
donde a un lado descansan los libertinos y a otro los sirvientes,
verdugos y carceleros. Por ultimo, hay una planta o sección donde están
encarceladas y custodiadas las victimas, divididas siempre por sexo, en
una habitación las femeninas y en otra, las masculinas, ya que el
intercambio sexual solo se produce dentro de un horario y siempre en la
gran sala, excepto que algún libertino en particular desease privacidad y
se dirigiera con su victima hacia otro recinto. En el exterior hay un
espacio destinado para recibir los cuerpos de aquellas victimas que
pudieran haber muerto o enfermado, sean un cementerio o un gran hueco en
un árbol.
Comenzamos nuestro trabajo refiriéndonos al encierro de
Sade en Charenton, este período fue productivo en términos
arquitectónicos. Así vemos que, durante su etapa de reclusión en
Charenton donde pasa sus últimos días, desde 1803 a 1814, Sade diseña un
proyecto para dotar a Paris de cierta y amplia cantidad de casas de
prostitución legalizadas. La planta dibujada y anotada por el propio
Sade, vuelve a estar cargada de una racionalidad y funcionalidad,
seguramente fruto de los años de reclusión de su autor. Rodeado por
muros dobles un conjunto cuadrado se divide en tres recintos iguales;
uno para entrada y oficinas, otro para el alojamiento y reclusión de
mujeres y el último con seis bloques organizados radialmente según las
funciones especificas que van desde la sodomía hasta el asesinato. Sade
pone un interés profesional en el programa de los "establecimientos de
la lujuria” tanto como Ledoux en "La Maison de Plaisir”, cuyo recinto
circular abarcaba toda una colina y para acceder a esta maison, había
que hacer un peregrinaje casi sadeano. Esta institución según Ledoux
estaba concebida para proteger a la sociedad de los apasionados deseos
de su juventud, ofreciendo todos lo medios que saciaran sus sensaciones
perturbadoras. La planta esta organizada según una galería de deleites
sexuales y dormitorios, al final del recorrido hay una habitación
circular. Luego de pasar por aquí, los iniciados regresan al mundo
exterior apaciguados y nuevamente moralizados.
"en el momento en que no le deis al hombre el medio
secreto para desahogar la dosis de despotismo que la naturaleza ha
puesto en el fondo de su corazón, se lanzara para ejercerlos sobre los
objetos que le rodeen, perturbara el gobierno”.
En ambos casos estos proyectos destinados a servir a la
lujuria, desde su exterior no evidenciaban ninguna diferencia de
lenguaje con la arquitectura existente. La planta pensada por Sade bien
podría haber sido un hospital y la de Ledoux semejaba un templo clásico.
Sin embargo, las dos contenían en su interior una nueva dimensión
imaginaria, en Ledoux, la forma de la planta solo la conocía el
arquitecto y en Sade la trasgresión del uso existente era indescifrable y
sin rastros desde el exterior.
Conclusión
Con seguridad no es de los datos más conocidos el
interés arquitectónico de Sade. Pero ciertamente éste existió
prácticamente hasta en un nivel profesional. Tanto fue así que su
experiencia carcelaria lo llevó a tener funciones públicas. Pues "era
por tanto, perfectamente consecuente el hecho de que fuese contratado,
durante el breve periodo de libertad que gozó entre 1789 y 1794, como
miembro de la comisión establecida por la Convención para supervisar los
hospicios y hospitales de París” (Vidler: 159) Propuso desde su tarea
reformas que fueron aceptadas. Vidler plantea que la prisión aparece
como la arquitectura ideal para la práctica del libertinaje. La cárcel
pensada como espacio de libertad para los deseos libertinos, a fin de
cuenta la celda del fraile y la del preso comparten el nombre. Sade
piensa arquitectónicamente, sus novelas tienen descripciones excesivas y
meticulosas de los espacios. El Panóptico Foucaultiano encuentra su
contraparte en el convento de Saint-Marie- des bois.
No están exentos los espacios Sadianos de una
teatralidad monárquica. El viejo amor por la sangre y su exhibición no
ha desaparecido. Sade es león de dos mundos. Por un lado, el
deslumbramiento por los castillos, los monasterios, los palacios, o sea,
las viejas construcciones y la arquitectura del fasto, la arquitectura
de la exhibición. Por otro, la arquitectura disciplinaria que está
presente en el aspecto vivo de la organización sadiana, que ya hemos
descrito. Por cierto, no es la vigilancia de gran cantidad de cuerpos lo
que a él le interesa. Pero el modo sadiano de pensar era afín a su
época. Así, dice Vidler con respecto a lo que se llamó "un
establecimiento de lujuria”, diseñado por Sade "la planta ... podría
haber sido la de cualquier prisión de(l arquitecto) Baltard o de un
hospital de Gilbert... Nada en la planta indicaba que esta institución
debiera ser distinta de aquellas construidas para mantener el orden en
la ciudad moderna durante el primer cuarto del siglo XIX. Despojado de
su "contenido” imaginario, el establecimiento de Sade muy bien podría
haber servido como un eficiente hospital” (Vidler 165)
En síntesis, si Ilustración, razón, racionalismo,
utilitarismo y sociedad disciplinaria son parientes, la "razón” sadiana,
su utilitarismo y en particular en este caso, su arquitectura, son una
ilustración paralela y rechazada, donde su exceso de racionalidad se
convierte en un sin razón, donde su funcionalismo ascético y su forma
edilicia se transmiten como mecanismo de la nueva época.
Notas
I. Recordemos que en este momento ya
se ha comenzado a diferenciar los edificios por funciones (anteriormente
en la política del Gran Encierro esto no ocurría). En la cita anterior
está la cuestión de encerrar como libertino y no como loco a Sade, y por
eso el cambio de espacio propuesto
II. Foucault también destaca que hay
contemporáneamente a Sade literatura de ficción que pone en juego los
mismos temas que éste (P.37 HlII cast) y que indicaría una sobrevivencia
de las antiguas formas medievales de la locura. En este trabajo nos
centramos en la relación de Sade y sus escritos con Foucault
III- "Alors la folie entre dans un
nouveau cycle. Elle est détachée (liberada) maintenant de la déraison,
qui va demeurer longtemps, comme stricte expérience poétique ou
philosophique répétée de Sade à Hölderlin, à Nerval et à Nietzsche, la
pure plongée (inmersión) dans un langage qui abolit l'histoire et fait
scintiller, à la surface la plus précaire du sensible, l'imminence d'une
vérité immémoriale. La folie, pour le XIXe siècle, aura un sens tout
différent: elle sera, par sa nature, et dans tout ce qui l'oppose à la
nature, toute proche de l'histoire.
"La muerte de dios, quitándole a nuestra existencia el
límite de lo Ilimitado, la conduce a una experiencia en la que nada
puede anunciar ya la exterioridad del ser, a una experiencia por
consiguiente interior y soberana [entendida como] experiencia de lo
imposible” (p.165 Entre filosofía y literatura).
« Sade vuelve a lanzar la conminación en términos que
parecen trascritos de los tratados de guía espiritual : « vuestros
relatos necesitan los detalles más grandes y extensos ; no podemos
juzgar en qué la pasión que nos contáis atañe a las costumbres y
caracteres del hombre sino en la medida en que no disfracéis
circunstancia alguna ; por lo demás, las menores circunstancias son
infinitamente útiles para lo que esperamos de vuestros relatos ».
Incitar a hablar, obligar a hacerlo. Ya bastante antes (1963)
Foucault había anudado esta relación entre Sade y el lenguaje "La
sexualidad no es decisiva para nuestra cultura más que hablada y en la
medida en que es hablada. No es nuestro lenguaje el que ha sido, desde
hace casi dos siglos, erotizado: es nuestra sexualidad la que desde Sade
y la muerte de Dios (ver más abajo) ha sido absorbida en el universo
del lenguaje, desnaturalizada por él, colocada por él en este vacío
donde establece su soberanía y donde sin cesar pone, como Ley unos
límites que transgrede” (p.179 vol 1 cast) Prefacio a la transgresión.
Traducción nuestra. "Non seulement Sade n'existe pas,
comme homme empirique. Mais il n'y a pas de véritables personnages ni
aucun dédoublement de l'auteur dans l'oeuvre de Sade. Les personnages
sont pris à l'intérieur d'une sorte de nécessité coextensive à la
description exhaustive de toutes les possibilités sexuelles. L'homme n'y
participe pas. Ce qui s'étale et s'exprime de lui-même est le langage
et la sexualité, un langage sans personne qui le parle, une sexualité
anonyme sans un sujet qui en jouisse. DE I P.660
Sade, para Foucault "Je crois que l'une des
caractéristiques majeures de notre temps est la mise en question de la
souveraineté du sujet. Cette dissociation qui caractérise notre temps
est déjà présente chez Sade”.
Traducción nuestra. -Je crois qu'elle est significative
de plusieurs points de vue. D'abord, parce que Sade, en tant
qu'individu, n'existe pas, en un certain sens, pour l'excellente raison
qu'il a passé trente ans de sa vie en prison et qu'il fut, en tant que
personne réelle, littéralement étouffé (acallado) par l'institution
sociale qui l'a tenu captif. Nous avons ici, si vous le voulez, une
oeuvre sans auteur. C'est vrai aussi de celle de Lautréamont. Il est
impossible de deviner ou de reconstituer à partir de Justine ou des
Chants de Maldoror qui était Sade ou Lautréamont. Voilà un cas
expérimental en ce qui concerne une oeuvre, un langage et un discours
sans personne derrière. Vous connaissez l'histoire de Lewis Carroll
selon laquelle on voit souvent des chats qui ne sourient pas, mais qu'on
ne voit jamais de sourire sans chat. Mais si! il y a un sourire sans
chat! C'est Sade et c'est Lautréamont. Une oeuvre sans personne
derrière. C'est pourquoi ce sont des oeuvres exemplaires. DE I P.660
"Il est surprenant de voir que chez Foucault, ce
changement [de episteme](si l’on peut encore parler du changement) est
toujours décrit à travers une oeuvre littéraire: entre la description de
l’épistémè de la Renaissance et l’épistémè classique, nous trouvons
quelques pages consacrées à Don Quichotte de Cervantes et la fin de
l’épistémè classique est marquée précisement par les romans de Sade.”
(Foucault, lecteur de Sade Josef Fulka CFB-03-02 / CTS-03-03
http://www.cts.cuni.cz/reports/2003/CTS-03-03.pdf) June 2003
"En Justine, el deseo y la representación sólo se
comunican por la presencia de un Otro que se representa a la heroína
como objeto de deseo, en tanto que ella misma sólo conoce la forma
ligera, lejana, exterior y helada de la representación del deseo. Tal es
su desgracia: su inocencia permanece siempre como tercero entre el
deseo y la representación. Juliette no es más que el sujeto de todos los
deseos posibles; pero estos deseos son retomados sin residuo en la
representación que los funda razonablemente como discurso y los
transforma voluntariamente en escena. ... Juliette agota este espesor de
lo representado para que afloren, sin el menor defecto, sin la menor
reticencia, sin el menor velo, todas las posibilidades del deseo ...
Sade llega al extremo del discurso y del pensamiento clásico. Reina
exactamente en su límite. A partir de él, la violencia, la vida y la
muerte, el deseo, la sexualidad van a extender, por debajo de la
representación, una inmensa capa de sombra que ahora tratamos de
retomar, como podemos, en nuestro discurso, en nuestra libertad, en
nuestro pensamiento. Pero nuestro pensamiento es tan corto, nuestra
libertad tan sumisa, nuestro discurso tan repetitivo que es muy
necesario que nos demos cuenta de que, en el fondo, esta sombra de abajo
es un mar por beber. Las prosperidades de Juliette son siempre más
solitarias. Y no tienen término” (p.209)
"J'aimerais que nous nous situions, maintenant, à la
fin du XVIIIe et au début du XIXe siècle, au moment où se constitue ce
que j'essaierai d'analyser dans cette conférence et dans la prochaine
sous le nom de «société disciplinaire». La société contemporaine, pour
des raisons que j'expliquerai, mérite le nom de société disciplinaire”
pag. 588 D E II (La verdad y las formas jurídicas)
Obviamente esta separación tampoco coincide con otras
vertientes clasificatorias que ubican la modernidad o desde el
Renacimiento o al menos desde Descartes.
Así dice fou «l’époque de la représentation trouve sa
limite et sa fin dans les livres du marquis de Sade. L’épistémè
classique, à travers la notion de la représentation, a permis les
grandes taxinomies – la grammaire générale, l’histoire naturelle,
l’analyse des richesses parce que le concept de la représentation se
développe dans l’espace de l’ordre qui donne naissance à une
classification possible de toutes les connaissances dans le domaine
donné, une classification dont le rapport à ce qui est classifié est
précisément celui de la représentation. Il suffit de se rappeler le
projet de l’Encyclopédie – une tentative gigantesque de rassembler
toutes les vérités rationnelles (c’est-à-dire représentables) et de les
exprimer par ce système transparent qu’est le langage à l’époque
classique. p.222 myc
L’âge classique se termine avec la fin du discours représentatif,
avec l’apparition de la notion de la volonté ou du désir qui ne se
laissent pas inscrire dans l’ordre classique de la représentation. Dans
ce contexte, l’œuvre de Sade «manifeste le précaire équilibre entre la
loi sans loi du désir et l’ordonnance méticuleuse d’une
représentation ». Le discours du libertinage est le dernier principe qui
revendique l’expression des fantaisies sexuelles et de la nature du
désir dans le langage représentatif: après, survient l’âge de la
sexualité (qui trouve, peut-être, son apogée dans la psychanalyse) où le
désir se présente comme quelque chose d’opaque, voire d’inexprimable.
C’est l’ordre de la représentation qui détermine l’ordre strict de la
vie libertine: dans le cadre de cet ordre, il faut tout représenter, il
faut tout exprimer dans la transparence du discours classique
Foucault, lecteur de Sade Josef Fulka CFB-03-02 / CTS-03-03
June 2003 http://www.cts.cuni.cz/reports/2003/CTS-03-03.pdf
[*]
Trabajo presentado en las 'V Jornadas Michael Foucault'; Organizada por
la Secretaria de Extensión, Maestría en Filosofía y Facultad de
Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina.
Victoria Streppone: Arquitecta, Universidad de Buenos Aires. Argentina.
Ha ejercido docencia en la Facultad de Arquitectura, Diseño y
Urbanismo de la UBA, como profesora y asistente de Cátedra en las
siguientes asignaturas: Heurística del diseño – Sistemas de
Representación Geométrica. Actualmente desarrolla el Proyecto de
Investigación "Poder y Espacio Publico" para UBACYT (Universidad de
Buenos Aires).
Rodrigo Amuchastegui: Licenciado en Filosofía,
profesor de la Facultad de Arquitectura, diseño y urbanismo en la
Universidad de Buenos (FADU-UBA); profesor adjunto en la cátedra de
Tomas Abraham e investigador de la misma universidad.
Tomado de:
http://www.psikeba.com.ar/articulos/VsFoucaultSade.htm