El concepto de inconsciente de Freud deriva de su experiencia
clínica. Después de observar un número de síntomas patológicos que
adscribió a conflictos inconscientes, llegó a considerar al inconsciente
como algo destructivo, o al menos como un depósito de impulsos
irracionales y atávicos. ¿Entonces cómo es que un factor adverso, que
existe en la psique humana, puede entenderse como necesariamente
biológico? Freud dice que las restricciones de los impulsos
inconscientes son necesarias para mantener unida a una civilización. Sin
embargo esta explicación es en su conjunto demasiado racional, ya que
presupone un contrato social acordado conscientemente para suprimir lo
irracional. Freud debió haber visto los defectos de este argumento y
prosiguió a desarrollar su dudoso concepto de un Instinto de Muerte y un
Instinto de Vida en eterna lucha. Aquí se acerca a la posición maniquea
de postular una batalla entre las fuerzas del Bien y el Mal. Aunque
Freud criticaba a Jung por aspirar a ser un filósofo y un profeta en vez
de un simple clínico, él podría ser objeto de la misma crítica. Yo,
Superyó y Ello, flotando en un vacío sin referencia alguna al sistema
nervioso, se me presentan como conceptos metafísicos muy ambiguos.
En sus años tardíos Freud aceptó la telepatía a regañadientes,
después de haber encontrado tantos ejemplos de intercambio telepático en
sus prácticas clínicas.
Recuerdo cuando estaba en análisis con el Doctor Federn, tuvimos
algunos intercambios telepáticos. Por ejemplo, yo lo vi en un sueño
regalando dulces a unos niños y le dije que tuviera cuidado o se ganaría
la fama de acosador infantil. Cuando le relaté mi sueño me contó que en
efecto había regalado dulces en unas vacaciones en Cape Cod, y se dio
cuenta, según sus propias palabras, de que "la gente podría pensar que
era un viejo lascivo”. Y me contó de un analista conocido suyo que había
reunido mil doscientos casos de telepatía en su práctica. Pero el
doctor Federn se rehusaba admitir las implicaciones de la telepatía.
Cuando sugerí que la maldición de una persona maligna podría ser
efectiva, negó categóricamente que tal cosa fuera posible. "Brujas,”
dijo, "son histéricas y sus víctimas, paranoicos.” Sea como sea, si
admitimos el contacto telepático debemos admitir por lógica que ese
contacto es tan perjudicial como el contacto cara a cara.
Freud, al admitir la posibilidad de la telepatía, pensó en ella como
un atávico e indeseable vestigio que evocaba la antigüedad
protoplásmica. No se le ocurrió que esta facultad podría ser útil o
utilizada a diario por gente ordinaria. El oficial de policía más duro
de roer apuesta a sus presentimientos. Él sabe cuando el sospechoso
miente. Mira a dos vendedores de caballos y observarás la telepatía en
acción. El primero no rebasará cierta cantidad. El otro no bajará de
cierta cantidad . Puedes ver el precio por acordar tomando forma en sus
cabezas. Después volveré a los usos prácticos de las habilidades de la
PES. Es preciso recordar que el inconsciente era mucho más inconsciente
en la época de Freud que en la nuestra. Los tabús sexuales eran más
rígidos y el comportamiento sexual era literalmente innombrable.
Palabras de cuatro letras no podían aparecer en páginas impresas
(Insertar nota), y la pornografía soft-core queahora se vende en puestos
de periódicos habría sido impensable en el siglo XIX. La histeria, el
clásico ejemplo de síntomas motivados por el inconsciente, era bastante
común en las prácticas clínicas; y como tengo entendido es bastante rara
en nuestros días.
El inconsciente no es un factor estable, pero varía intensamente de
un individuo a otro y de una cultura a otra. Recuerdo que un analista
que realizó sus prácticas en Marruecos me dijo que el superyó parecía
insuficiente o al menos diferente en sus pacientes árabes. En Occidente
parecería que nos encontramos frente a una fase que podría ser llamada
el semiconsciente o consciente marginal. Y quizás podríamos imaginar un
tiempo donde el inconsciente se una al consciente.
Freud pensó que el yo, el superyó y el ello deben ser eventualmente
situados en una base fisiológica y un área cerebral moderna. La
investigación está acercándose a poner eso en práctica. El profesor
Delgado, autor de un libro titulado Control Físico de la Mente, ha
demostrado que el miedo irracional, la agresión y la ansiedad pueden ser
producidas por estimulaciones eléctricas de ciertas áreas del cerebro.
Todos los síntomas de la lucha del inconsciente se pueden prender y
apagar por el movimiento de un interruptor. El biofeedback ha demostrado
que reacciones autónomas tales como sudar, ritmo cardiaco acelerado y
presión sanguínea, que son síntomas del conflicto inconsciente, pueden
ser sometidos al control de la consciencia.
No me considero un materialista, pero insisto en que cualquier cosa
que afecte al sistema nervioso debe tener un punto de referencia que
fije una posición definida en el sistema nervioso. En su libro The Origin of Consciousness in the Breakdown of the Bicameral Mind
Julian Jaynes propone una tesis que tendería a localizar al
inconsciente en el hemisferio no dominante del cerebro. Su teoría
postula que el ego inconsciente, el ello, es un desarrollo relativamente
reciente que ocurrió en un periodo que oscila entre el año 1000 y el
800 a.C. Antes el hombre obedecía la Voz de Dios, la cual emanaba, sin
duda, del hemisferio no dominante del cerebro. No había ninguna entidad
de la interrogación. El hombre no tenía ego literalmente; era gobernado
por lo que Freud llama el superyó y sus llamados instintivos, el ello.
La tesis se sostiene en una amplia evidencia clínica derivada de casos
accidentales donde una parte del cerebro ha sido dañada o destruida, y
una serie de experimentos con estimulaciones eléctricas hacen escuchar
voces a sujetos ordinarios. De cualquier manera, el hemisferio no
dominante no es simplemente una fuente de síntomas irracionales aunque
realiza unos cuantos servicios útiles y, de hecho, esenciales. Por
ejemplo, el más simple de los problemas espaciales resultaría en extremo
difícil de resolver con el hemisferio no dominante dañado. Así púes la
determinación de Freud "donde hubo ello y superyó, cabrá que el yo sea,”
resultaría altamente dolorosa. Una meta más viable sería traer a sí la
coexistencia armoniosa de los dos hemisferios cerebrales en vez de
intentar adelantarse a una precaria ventaja territorial del así llamado
hemisferio racional.
Desde que Jaynes propone la tesis de la inexistencia de la
consciencia tal como se conoce al menos hasta 1000 a. C., surge la
pregunta por definir el inconsciente. En efecto, las definiciones son
generalmente confusas e innecesarias. No necesitamos definir la
electricidad para llegar a cualquier formulación que asemeje la esencia
de lo que la electricidad es, para saber como opera o como darle un uso
más eficaz. No tengo que definir algo para poder usarlo o describir sus
propiedades. Las formulaciones del sentido común bastan. No necesitamos
definir la consciencia para trazar un mapa de las áreas de la
consciencia o localizarla tentativamente en la corteza cerebral, los
ejes verbales y el hemisferio dominante del cerebro. Si proseguimos,
podemos decir que la consciencia es esa instancia que haría el intento
de definir a la consciencia presentando la paradoja de una regla
midiéndose a si misma. Y podemos localizar el inconsciente en la parte
trasera del cerebro junto al hemisferio no dominante. Y aunque devenimos
consciencia es obvio que algunas actividades requieren de ella más que
otras. Necesitamos más de la consciencia al cruzar la calle de una
ciudad que al bajar por una vereda en el campo. El hombre bicameral no
necesitaba mucho de la consciencia. Su entorno era infinitamente más
uniforme y fiable, y, de acuerdo con la tesis de Jaynes, recibía
directamente sus órdenes de la Voz de Dios en el hemisferio no dominante
del cerebro. Era todo superyó y ello con un poco o nada de yo. La
introspección era sencillamente inconcebible.
De acuerdo con Jaynes, el temor en el que se erigía el poder rey
sacerdote provenía de su habilidad para reproducir su voz en los
cerebros de sus leales subordinados. El escuchar en este nivel significa
obedecer, no hay espacio para desacuerdo o alternativa alguna. Así la
consciencia que decide entre una opción y otra no tenía función. La
mente bicameral se quebró en tiempos de malestar social, guerra,
desastres naturales y migración. Este periodo de caos trajo consigo
voces en conflicto y eventualmente al ego consciente tal y como se le
conoce hoy. Un síntoma del quiebre bicameral fue el uso de oráculos y
adivinación. La adivinación pone al interesado en contacto con su propia
consciencia, y no era concebible en la mente bicameral pues el hombre
ya estaba unido a su inconsciente. Ahora tuvo que acudir a oráculos en
busca de la voz de Dios, y el ego, en conflicto eterno consigo mismo y
con otros egos, emergió lentamente.
Pero la voz de Dios no estaba muerta. La gente siguió escuchando y
obedeciendo voces, y aún lo hace. New York Post, viernes 18 de enero,
1980: "Paciente prófugo de hospital psiquiátrico dice a la policía que
voces le mandaron aporrear en la cabeza a anciano transeúnte” ¿Por qué
son obedecidas estas voces? Si el hombre bicameral obedecía a las voces
voluntariamente y sin oposición, el hombre moderno parece forzado a
obedecer porque la voz esta ahí. La voz ha asumido centros motores con
su presencia. Julian Jaynes cita el caso de un hombre al que una voz le
ordenaba ahogarse. Rescatado por un salvavidas, el paciente da el
testimonio de su experiencia. "Las profundas voces, fuertes y claras, me
golpeaban como si cada parte de mi se hubiera tornado orejas, con mis
dedos y mis piernas y mi cabeza escuchando las palabras. Ahí esta el
océano. Ahógate. Sólo sumérgete y sigue sumergiéndote. Sabía por su frío
mandato que debía obedecerlo.”
En primer lugar, ¿cuál fue el origen de estas voces? Jaynes no se
aventura a especular. Si podemos producir voces por estimulaciones
eléctricas del hemisferio no dominante del cerebro, tal vez las voces
fueron producidas por estimulaciones eléctricas que venían de fuera. Nos
acercamos a los terrenos de la ciencia ficción que rápidamente se
convierten en hechos científicos. Hace quince años experimentos en
Noruega indicaron que las voces pueden ser directamente inducidas en el
cerebro por un campo electromagnético. El progreso sobre estos estudios
es probablemente material clasificado.
La diferencia entre una manifestación normal y una patológica es
cuantitativa, un asunto de proporción. Cuando uno piensa en alguien
puede escuchar su voz con la nitidez con la que verá su imagen. Puede
observarse que algunas personas son más audibles que otras, para esto
sólo debo pensar en Felicity Mason, una amiga mía inglesa, y escucho su
voz como si estuviera sentada a mi lado. Otros amigos suyos sugieren la
misma experiencia. Entonces, ¿cuál es la línea que separa la memoria de
una alucinación?
Los psiquiatras tienden a pensar que cualquier voz que alguien oye en
su cabeza se origina ahí, y que esta no tiene ni puede tener un origen
externo. Todo el dogma psiquiátrico de que las voces pertenecen al
imaginario de una mente enferma ha sido cuestionado por voces con un
origen externo, y están objetiva y positivamente ahí grabadas en cintas.
Freud dice de los errores y los deslices al hablar que son
inconscientemente motivados. Y estoy de acuerdo en que los errores y los
accidentes estén motivados. Por ejemplo al tirar o derramar cosas.
Puede resultar difícil evocar los pensamientos que tuviste cuando pasó.
En mi caso pasa normalmente cuando pienso en alguien que me disgusta o
con quien estoy enemistado. Es pues una demostración de hostilidad, pero
esta hostilidad puede ser ciertamente inconsciente. Otros errores
tienen otra etiología y suelen ser inexplicables.
He aquí un ejemplo. En Boulder, Colorado, fui a un expendio de
pescado llamado Pelican Pete’s. Aceptan American Express así que ofrecí
lo que creí era mi tarjeta de American Express para pagar. Sin embargo,
le había dado accidentalmente mi tarjeta para cobrar cheques Chase
Manhattan Bank. Un simple error, ¿no es así? Algunos meses después
estaba en camino de cobrar un cheque en el Chase Manhattan Bank sobre
Houston y Broadway en Nueva York. Justo frente al banco alguien había
montado un puesto donde estaba vendiendo pescado. Noté el puesto al
pasar. Así que cuando entré al banco le di al cajero mi tarjeta American
Express en vez de mi tarjeta para cobrar cheques de Chase Manhattan.
¿Qué es el inconsciente aquí? Sólo en el instante en que se comete el
error. Pero todo el conjunto de asociaciones nos llevan a este punto.
Uno tiene la impresión de que otra presencia que se pasa todas las
horas, día tras noche, susurrándonos y de la cual somos sólo parcial y
ocasionalmente conscientes. La regla es la siguiente: el relámpago
siempre cae dos veces en el mismo lugar. Una equivocación con tarjetas
hace que otra equivocación luzca más probable. Pero la motivación
permanece obscura.
Freud afirma que un sueño es siempre la realización de un deseo. El
contenido del sueño puede ser aterrador o repugnante ya que lo expresado
en el deseo es inconsciente. Tomemos el caso del síndrome de pesadillas
de guerra. Los sueños veteranos están de vuelta en una situación de
combate. ¿En qué sentido significa esto la satisfacción de un deseo?
Estudios recientes de los sueños y el sueño han producido una bagaje
de datos que no estaban disponibles en la época de Freud. Tal vez el
descubrimiento más importante es el hecho de que los sueños son una
necesidad biológica. Al ser privados del sueño REM, sujetos
experimentales muestran todos los síntomas del insomnio, no importa
cuanto tiempo se les permita dormir sin soñar. Se vuelven irritables,
inquietos y experimentan alucinaciones. Sin duda, una privación
prolongada causaría la muerte.
Un descubrimiento interesante de Jouvet es el hecho de que todos los
animales de sangre caliente, incluyendo a los pájaros, sueñan, mientras
que los animales de sangre fría no lo hacen. Esta circunstancia se
atribuye a que el tejido neuronal de los animales de sangre fría se
regenera y restablece de traumas, mientras que una vez dañado el tejido
neuronal de un animal de sangre caliente este no sanará. De cualquier
modo hay una parte del cerebro mamífero con la habilidad de curarse, y
esta es la protuberancia anular. Si la protuberancia es removida de los
gatos, como experimento, estos escenifican sus sueños lamiendo leche
imaginaria o persiguiendo ratones oníricos. Ergo, la protuberancia sirve
para inmovilizar el cuerpo durante el sueño. Investigaciones
posteriores deberían ilustrarnos sobre la función de los sueños, que
está lejos de ser entendida.
John Dunne, un físico y matemático inglés, escribió un libro llamado An Experiment with Time
que se publicó por primera vez en 1924. Dunne anotó sus sueños y
observó que contenían material tanto del futuro como del pasado. Da una
serie de ejemplos y dice que cualquiera que se tome la molestia de dejar
una libreta y un lápiz cerca de su cama y escribir sus sueños conforme
van sucediendo tendrá, después de un periodo de tiempo, sueños
premonitorios. Se dio cuenta de que si sueñas con un acontecimiento
futuro, digamos una inundación o un incendio o un accidente de avión, no
estás soñando con el acontecimiento en sí, sino con el momento en que
descubres el acontecimiento, usualmente a través de la imagen en un
periódico. En otras palabras estás soñando con una pista de un momento
en el futuro.
Yo he anotado mis sueños durante algunos años. He encontrado que si
no escribo el sueño inmediatamente, en muchos casos, lo olvidaré, no
importa cuantas veces lo repase en mi mente. Despierto, hago un esfuerzo
absurdo para encender la luz y aunque es imposible que lo olvide- y lo
olvido. Parecería que los rastros en la memoria de la experiencia del
sueño son más débiles que en la del despertar. He experimentado una
serie de sueños premonitorios que resultan bastante triviales e
irrelevantes. Por ejemplo soñé que un ama de llaves me enseñaba un
cuarto con cinco camas y yo reclamaba que no quería dormir en un cuarto
con cinco personas. Semanas después fui a una lectura en Ámsterdam y la
cuidadora del hotel me mostró un cuarto con cinco camas. Finalmente mi
anfitrión me llevó a otro hotel. En otro sueño vi un armario flotando
por ahí. Al día siguiente estaba en el Café de France en Tangier y al
voltear hacia arriba ahí estaba el armario flotando por la ventana. Un
hombre lo cargaba en su espalda con una correa alrededor de su frente de
tal forma que no veía a quien lo cargaba, sólo al armario. La
precognición no está confinada al estado de sueño. De hecho tengo la
impresión de que está sucediendo todo el tiempo. Empíricamente, puedo
decir del estado de sueño que sucede todo el tiempo y podemos ponernos
en contacto con él en el estado de vigilia. Hace años me gustaban las
apuestas. Recuerdo estar parado en la cola del hipódromo para hacer una
apuesta y la melodía de "Smiles” sonaba una y otra vez en mi cabeza.
Pero no le aposté a Smiles, el caballo ganador. Cualquiera que haya
practicado tiro al blanco o tiro con arco te dirá, justo antes de
disparar o soltar una flecha, si dará o no en el objetivo.
Para mi profesión los sueños son tremendamente útiles. Tal vez
obtengo la mitad de mis escenarios y personajes de los sueños. En
ocasiones encuentro un libro o un periódico en sueños y leo un capítulo
entero o alguna historia… Despierto, hago algunas notas, me siento
frente a la máquina de escribir al siguiente día, y copio de un libro
onírico.
En cuanto nos esmeramos en describir o definir al inconsciente nos
enfrentamos inmediatamente a definiciones de la conciencia que son
inevitablemente engañosas, puesto que hemos reducido la conciencia a una
actividad puramente verbal del cerebro frontal. La conciencia es
aquello que defina la conciencia. ¿Quién es consciente de qué?
Korzybski, quien formuló una Semántica General, describe la conciencia
como la reacción del organismo como un todo a su ambiente holístico.
"Piensas tanto con tu dedo gordo del pie como lo haces con tu cerebro”,
le decía a sus estudiantes, "y mucho más eficazmente”.
Si postulamos que el inconsciente se manifiesta en la parte
no-dominante del cerebro, nos damos cuenta de que, mientras puede ser la
fuente de elucubraciones y comportamientos patológicos y destructivos,
la parte no-dominante del cerebro es también fuente del pensamiento
artístico y creativo, de intuiciones pragmáticas y facultades PES, de
percepción espacial y de habilidades valiosas y esenciales. Parece
evidente que la conciencia ha sido tan alterada desde el siglo XIX, en
parte a través de aproximaciones terapéuticas promovidas por Freud y sus
seguidores, que ahora necesitamos nuevos términos. Voltaire dijo del
Sacro Imperio Romano que no era ni sacro, ni romano, ni un imperio. Y el
susodicho inconsciente ya no es mas inconsciente. Lidiamos con niveles y
grados de la conciencia. Ciertas actividades requieren más del
hemisferio-dominante de la actividad cerebral-frontal que otras. En
algunas actividades la conciencia es un estorbo. Cito un manual de artes
marciales: "Una vez pensado se ha vuelto innecesario, la reacción
unívoca será alcanzada.”
En lo que concierne a las habilidades PES, pienso que éstas y su uso
están ya desperdigadas como parte de la vida cotidiana… Recuerdo a un
ex-policía que me habló de un oficial telepático. Éste haría, de
repente, sin ninguna razón evidente, una parada en una cafetería para
hacer un arresto. Dice que simplemente lo sentía vibrando detrás de su
cuello. Otros lo llamarán una corazonada o un sentimiento. En los
encuentros cara a cara no es posible separar a la telepatía de otros
factores como voces, timbre, gestos, la expresión facial, etcétera.
Encuentro que la llamada gente ordinaria es más susceptible a
experiencias de la PES que intelectuales y científicos, de los cuales
algunos esbozan un miedo irracional y una aversión a todo lo que no
puedan explicar en términos de causa y efecto. Un científico dijo que
jamás creería en la telepatía sin importar la evidencia que fuera
presentada.
*Traducido del inglés por: Ilya Semo
Este artículo apareció en: Burroughs, William. "On Freud and the
Unconscious”, The Adding Machine. Selected Essays. EditorialArcade.
Primera edición con Arcade 1993, derecho de autor 1985, 1986. Páginas
90-98.
PES: Percepción extra-sensorial. (N. Del T.)