La novela multimedia Pornografía, una historia de
rock’n’roll, del músico y periodista Ramón Solé, convierte el medio Internet
en un nuevo formato literario que aúna texto, música e imágenes
______________________________ Redacción de Almiar
«La única gente que cuenta para mí son los locos,
los que están locos por vivir, locos por hablar, locos por ser salvados,
deseosos de todo al mismo tiempo, los que nunca bostezan
o dicen algo vulgar, sino que queman, queman,
queman como fabulosas candelas romanas amarillas
explotando como arañas a través de las estrellas
y en el centro ves la explosión de luz azul y
todo el mundo hace "¡Oooooh!”».
Con estas célebres
palabras Kerouac apadrina e inspira, sin saberlo, el inicio de Pornografía:
una historia de rock’n’roll, una novela de distribución gratuita que se
publica por capítulos semanales en Internet y que cuenta la biografía de una
desconocida banda de rock barcelonesa —Pornografía— que existió entre mediados
de los ochenta y finales de los noventa. El autor ha querido rescatar del olvido
la historia de un grupo demasiado alternativo para su época que buscó la fortuna
en el underground anglosajón. Lo particular del caso es que no se trata
de una novela al uso: aparte de leerlas historias de ensayos,
conciertos, grabaciones, discos, viajes, excesos, crisis, misterios y las
aventuras por el mundo que trufaron la trayectoria de Pornografía, el lector
puede escuchar todos sus discos y maquetas, ver fotos, acceder a todo tipo de
memorabilia, conocer las aportaciones de críticos, periodistas, musicólogos,
etc., acceder a bibliografía sobre la banda y, con todo ello, acumular los
innumerables elementos que configuran la existencia de este grupo maldito que
llegó a hacerse un nombre en los circuitos alternativos inglés y norteamericano,
ocupó portadas, llenó salas, influyó en otros artistas, fue objeto de varios
libros y acabó como corresponde a la mejor tradición del rock: como el
rosario de la aurora. Un grupo hasta ahora completamente desconocido incluso
para los más expertos y freakies, por un motivo muy simple: jamás
existió.
Internet es la gran coartada del
músico y periodista barcelonés Ramón Solé para inventarse el universo completo
de un grupo que sólo existe en su imaginación y en la página
www.pornografiaweb.com.
La posibilidad de la red de albergar sonido, imagen y textos ha permitido al
autor dar rienda suelta a su creatividad y ofrecer —en un formato que, de algún
modo, es un signo de los tiempos en este principio del siglo XXI— una historia
que gira entorno a un concepto fundamental: la honestidad en el arte, los
artistas locos, entendida esta locura como forma suprema de sinceridad y el arte
como única tabla de salvación para evitar el desastre.
«Por una
parte, soy un enfermo de los libros y documentales sobre músicos, sus vidas,
cómo hacen su música, los entresijos de las grabaciones, las giras, etc.;
literalmente, los devoro y te diría que casi no me importa de qué músico hablen.
Por otra parte, no puedo quitarme de encima la ilusión adolescente de ser algún
día una estrella del rock; imagino que, por todo eso, poco a poco fue
surgiendo en mí la necesidad de inventarme mi propio documental sobre estrellas
del rock. Para vivir, aunque fuera de forma virtual, la vida soñada»,
explica Ramón Solé sobre los orígenes de la idea, pero existen motivos todavía
más profundos: «Soy una persona con hiperactividad creativa; entonces, me monté
una especie de parque temático para jugar y dar rienda suelta a esa creatividad.
Con Pornografía puedo componer la música que quiera, inventar historias,
diseñar portadas de discos, pintar cuadros, etc.; si me da por componer
canciones folk irlandesas, por ejemplo, sólo tengo que inventar o adaptar
un personaje para que lo haga; si quiero hacer cómic underground, pues lo
mismo. Este proyecto es como mi cuarto de los juguetes. Naturalmente, no
pretendo ser bueno en todos esos campos; simplemente aspiro a pasármelo teta»,
comenta. El contenido de la web del proyecto da fe de esa incontinencia
creativa de que habla el autor: todos los textos, ilustraciones, diseños y
música de Pornografía: una historia de rock’n’roll han salido de su
cabeza.
La chispa que
encendió la hoguera fue la lectura de Riders on the storm, del que fue
mítico batería de los Doors, John Densmore. «Cuenta la historia de la banda
desde dentro: literalmente estás con ellos en los ensayos, en las habitaciones
de hotel y encima de los escenarios. Es alucinante y tuve muchísimas ganas de
contar una historia así», apunta Solé. La historia de Pornografía se explica en
la forma de falso reportaje periodístico, con lo cual el autor ha llevado la
novela a su terreno. Hay muy pocos fragmentos en prosa literaria al uso: la
estructura habitual del texto son testimonios directos de los personajes,
supuestamente entrevistados por Ramón Solé. Son ellos quienes explican la
historia con sus propias palabras. «Yo no soy escritor: la escritura es un
oficio que se aprende con los años. Yo me considero músico porque me dedico a
ello desde hace media vida, y es ahí donde me he comido el coco y he pasado —y
sigo pasando— las luchas y las crisis que habitualmente se necesitan para
evolucionar. Y también soy periodista porque es lo que estudié y de lo que
como», explica. Por eso, descubrió en la entrevista la forma ideal para escribir
su opera prima. «Recogiendo los supuestos testimonios orales de los
protagonistas, me ahorro el trabajo de buscar mi estilo literario propio: sólo
tengo ganas de contar una historia; como decía antes, mi guerra creativa está en
la música», apunta. Para esta estructura narrativa en forma de testimonios
orales, Ramón Solé se inspiró directamente en el libro Por favor, mátame:
historia oral del punk (Legs McNeil y Gillian McCain, 1996).
Con todo, de
vez en cuando el autor interrumpe esta sucesión de testimonios para dar un poco
de variedad formal al relato; de esta manera, hay episodios que se cuentan en
forma de cómic underground, otros a base de una sucesión de fotografías,
otros proporcionando material supuestamente sacado de hemerotecas, etc.
Una mentira rigurosamente
documentada
La forma periodística de
Pornografía: una historia de rock’n’roll persigue un objetivo: que
parezca que esta historia es verdadera. Aunque Ramón Solé no pretende engañar a
nadie (en la página principal de su web indica que todo es ficción y que
cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia), proporciona al lector
todos los elementos posibles para generar sensación de verosimilitud, para que
le parezca que la banda existió realmente entre 1986 y 1999. Estos elementos
son, básicamente, de tres tipos: en primer lugar, el texto propiamente dicho, de
tono inequívocamente periodístico y complementado con numerosas referencias a
pie de página que aportan datos paralelos para alimentar ese universo ficticio.
En segundo lugar, la música: las canciones de la banda, que el lector puede
descargar libremente a medida que representa que el grupo las graba o publica
(el texto principal siempre remite al lector a la web cuando hay material
relacionado para descargar); asimismo, cuando el grupo publica discos, el lector
puede descargar las letras, las carátulas, etc., por si prefiere componerse una
versión física en CD y almacenarla en el estante.
El tercer
tipo de elementos son los documentos. El lector dispone de todo tipo de
documentos complementarios para ir configurando en su mente el mundo de
Pornografía: poesías de un personaje satélite, recortes de prensa, entradas y
críticas de conciertos, carátulas, portadas de revistas, objetos personales de
los personajes, etc. Y, naturalmente, fotos.
«En un
momento dado, caí en la cuenta de que un reportaje periodístico sobre una banda
de los ‘80 y ‘90 no sería creíble sin fotos: no cuela que no existan imágenes de
ese grupo. Eso planteaba un reto importante y el volumen de trabajo aumentaba
mucho, pero después de pensarlo, decidí fichar a Sergi Moreno, un viejo
amigo guionista y cineasta. Porque de lo que se trataba era de llevar a cabo un
proceso cinematográfico: había que hacer un casting para poner cara a los
personajes, buscar localizaciones, atrezzo, iluminación, dirigir a los
actores... La única diferencia con el cine es que, al final, en lugar de rodar
imágenes en movimiento, hacíamos fotos. La sapiencia de Sergi en todo este
ámbito fue clave para llevarlo a cabo», explica Ramón Solé. Entonces, Solé y
Moreno empezaron a hacer un casting entre colegas, amigos y conocidos y
alquilaron L’Aliança, una sala de conciertos en Lliçà de Vall (Barcelona) en la
cual aprovecharon todos los espacios posibles para recrear escenario, camerinos,
etc. Los fotógrafos fueron Vicenç Ferreres, Marc Ruiz y Ramón Ferrandis, también
amigos de Ramón Solé.
El resultado de esas
sesiones son las fotos del grupo que se pueden encontrar en
www.pornografiaweb.com.
Textos,
música y documentos disponen de sus propias secciones en la web, de fácil
navegación. La novela está disponible en tres idiomas: catalán, castellano e
inglés. Nada de traductor automático: el autor rescribe las tres versiones. La
inglesa está revisada por Paul Kane, amigo de Ramón Solé y autor de los poemas
que, en el mundo de Pornografía, escribe el artista irlandés Liam Fagan.
Un proyecto
tan complejo bebe de muchísimas fuentes. En lo literario, Ramón Solé se ha
dejado embrujar por su superhéroe Jack Kerouac (con su grupo de pop, Lo:la,
escribió la canción Jack, un rendido homenaje al santo beat),
William Burroughs, Charles Bukowsky, Paul Auster, Quim Monzó, Oscar Wilde,
Truman Capote, Reinaldo Arenas o Alessandro Baricco. En lo narrativo, la
influencia va desde David Lynch hasta Tolkien, desde Woody Allen a la serie
televisiva Perdidos, desde los géneros periodísticos (incluyendo
entrevistas, crónicas de sucesos, etc.) al lenguaje audiovisual de los
documentales; en lo musical, ahí están Joy Division, Tom Waits, Primal Scream,
Nick Cave, Patty Smith, Sonic Youth, Oasis y el punk y postpunk
británico en general.
Otra
influencia, esta procedente de la actualidad circundante, se percibe en la
estructura de los capítulos: se publica uno semanalmente y se agrupan por
temporadas, como las series de la tele. «Entregar un capítulo cada semana
influye a la hora de escribir; sin querer, lo imaginas como una serie
televisiva. O sea, que tiendes a acabar cada capítulo con un misterio o una
intriga o una incógnita que no se resolverá hasta la próxima semana. Aunque todo
eso es ficticio: la lectura es una actividad que no funciona como las series o
el cine; el lector está acostumbrado a tener un libro entero en sus manos y sabe
que, si quiere, puede acabarlo. Entonces, le da mal rollo leer en porciones tan
cortas porque es como si alguien te dijera cuándo debes parar de leer; eso va
contra la naturaleza del acto de la lectura», explica Ramón Solé. «En lo que
respecta a la distribución por temporadas, me pareció divertido aplicarlo y,
además, me permite cerrar por vacaciones y también permite al posible
lector leer unidades narrativas completas y más o menos extensas», añade.
Saltando al mundo real (y
viceversa)
Ramón Solé confiesa que
una de las cosas que más le divierten de este proyecto es saltar del mundo
imaginario de Pornografía al real. La forma de explicar su relato, un reportaje
periodístico que pretende resultar creíble, da mucho juego para eso y hace que
esa confusión deliberada con la realidad resulte especialmente cómoda y
efectiva. El primer elemento que existe entre los dos mundos es el mismo autor:
Ramón Solé se transmuta en un Ramón Solé imaginario que ha entrevistado a todos
los personajes, viajado por medio mundo y escrito la historia; este alterego virtual a veces se transforma en el autor real sin mediar aclaración
alguna, cuando Solé cuenta experiencias personales reales (como el disco que
grabó Lo:la, en 2006, con el cantante Miqui Puig como productor) para
complementar alguna acción de la historia. Más ejemplos de mezcla de realidad y
fantasía: en el apartado de agradecimientos que encabeza el relato, Solé
agradece el apoyo de periodistas, revistas, tiendas de discos y discográficas
imaginarios, y también a sus padres, amigos y pareja de verdad; otro ejemplo son
las continuas referencias al entorno histórico de la acción, casi todas ellas
reales y que se mezclan con otras inventadas (locales, revistas, etc.).
Aparte de esta confusión
expresada en el texto, Ramón Solé tiene previstos varios proyectos paralelos
para hacer saltar el mundo de Pornografía fuera del ordenador, y viceversa. El
más cercano en el tiempo será una banda de versiones de Pornografía, que ya está
en proceso de formación y que saltará a escena a principios de 2011 a más
tardar. «Será una banda de versiones de supuestos fans de Pornografía que se
dedican a versionear al grupo y a difundir su legado, ya que el propio grupo
desapareció a finales de los ‘90. Me permitirá tocar esas canciones en directo,
que es algo de lo que tengo muchas ganas, y a la vez será otra forma de dar a
conocer la novela y el mundo de Pornografía», explica el autor. Otro proyecto
pasa por una exposición de Trash (un misterioso artista con un papel relevante
en la historia) en la que las obras, realizadas por Solé, se complementaran con
canciones e imágenes de la banda, etc.
Sobre la posibilidad de
que Pornografía: una historia de rock’n’roll tenga algún día una versión
en papel, Ramón Solé lo tiene claro: «Me encantaría, pero me gustaría que no
fuese simplemente una trascripción de lo que hay en la web: ni por criterio
artístico ni tampoco económico, porque dudo que eso interesara a ninguna
editorial. Me encantaría ofrecer al lector del papel un valor añadido: escenas
nuevas, personajes nuevos, desvelar situaciones que en la web están sólo
sugeridas, quizá un final alternativo, generar misterios en un sitio y
desvelarlos en el otro, adjuntar un CD con material no publicado en la web… De
ese modo, tendría un sentido pedirle a alguien que se gaste el dinero en el
libro y, aparte, se podría utilizar la web como medio de promoción de la versión
en papel, y al revés. Las posibilidades de jugar con todo esto, de hacer
interactuar ambos medios, son infinitas», explica el autor del proyecto.
¿Hasta cuándo?
Ramón Solé confiesa que
ni él mismo sabe cuándo acabará Pornografía: una historia de rock’n’roll.
«Tengo el argumento definido y más o menos su distribución en el tiempo, pero si
te digo la verdad me da igual si dura tres, cuatro, cinco o seis años más.
Cuanto más dure, mejor, porque me lo estoy pasando realmente bien», explica Solé,
que añade que lo mejor de la experiencia de «Pornografía» es todo lo que está
aprendiendo por el camino. «Como tengo que documentarme sobre tantas cosas,
aprovecho para conocer gente del mundillo, ampliar mi agenda de contactos, leer
libros que seguramente no hubiera descubierto, viajar a lugares donde acontece
la acción para describirlos bien, profundizar en la obra de artistas que no
conocía y que creo que pueden resultar buenas influencias, etc. Es alucinante lo
que llegas a aprender: es de lo que más me llena de este proyecto ¡Que no se
acabe nunca!», confiesa.
Pornografía: una historia de rock’n’roll llegará el próximo mes de junio al
final de la segunda temporada.
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Ramón Solé i Moya
(Barcelona, 1971) es licenciado en
Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma
de Barcelona y, desde siempre, ha compaginado la
actividad periodística con la musical. De su experiencia
en radio y prensa destaca la dirección del Setmanari
Montbui (1999-2001), de Caldes de Montbui (BCN), y la
realización del programa de largo recorrido Ecos
(con Paul Kane) en Ràdio Caldes FM, un completo repaso
de la historia de la música popular, que se prolongó a
lo largo de dos años y medio (2003-2006). Desde hace
algunos años es redactor de la edición del Vallès
Oriental del periódico comarcal EL 9 NOU, medio en el
cual ha ejercido la crítica y el comentario musical a
través de las columnas Stripando, ma non troppo e
Incendi en el Backstage (Incendio en el backstage).
En materia musical, estudió solfeo, armonía,
guitarra clásica y oboe, y ha ejercido profesionalmente
la docencia musical. Desde los 18 años forma parte de
diversos grupos de pop rock: Moviment Ondulatori, Son de
Rock y, posteriormente, Korrefok, para el cual compone
la canción Els dissortats, una propuesta entre la
música tradicional y el rock que gana el XVII Concurs de
Cançó de Salitja (Girona). Más tarde, esta última banda
se convierte en Hèrzia, que gana el concurso Exit
de Catalunya Ràdio y TV3, nuevamente con una canción de
Ramón Solé, Per quan vinguis. Con ese grupo,
graba el disco Coses que passen (AZ Records,
1999), muy bien recibido por la crítica y las radios. La
presentación de este trabajo le permite tocar por toda
Cataluña y, entre otros, comparte escenario con Lluís
Llach (Moll de la Fusta, Barcelona, 2000).
Posteriormente, funda las bandas El Retorno de la
Família Ewing (versiones pop de los ‘80), Nancy Whiskey
(música celta) y Malva (pop). En 2006 graba el primer
disco de su proyecto más reciente, Lo:La (www.mundolola.com),
producido por el cantante y DJ, Miqui Puig (www.miquipuig.com),
quien después contará con él como compositor y
arreglista en su disco Impar (2008). Actualmente,
Lo:La prepara su segundo disco, el primero con la
discográfica Petit Indie (www.petitindie.com).
Excepto las
bandas de versiones, Ramón Solé ha sido autor de la música de todos los
proyectos en que ha participado. Aparte, entre 1995 y 2000, escribe la música
para el festival Escaldarium (un acontecimiento festivo de participación
multitudinaria que se celebra cada mes de julio en Caldes de Montbui), que se
graba en CD en 2001 y se convierte en parte de la tradición musical de la
localidad. Su actividad compositiva también se ha extendido al ámbito
publicitario y sintonías de radio y TV, a través de las productoras Raros y 7pm.
Pornografía: una historia de rock’n’roll es su primera obra narrativa.